La industria automotriz ha sido pionera en la tecnología para la fabricación en serie de cualquier producto, esto se debe a que un norteamericano llamado Henry Ford construyó su primer automóvil en 1896 y en 1908 dió inicio a su sistema de “producción en serie” que en esa época en menos de 20 años produjo 15 millones de automóviles (el famoso modelo T). En 1919 producía un automóvil por minuto. Para llegar a optimizar el trabajo industrial, Ford aplicó el sistema científico donde hace casi 100 años sus vehículos los podían fabricar y ensamblar en las distintas etapas hombres fuertes, personas en buen estado físico, mujeres y adolescentes y algunas partes podían ser colocadas por personas sin piernas, ó sin uno ó los dos brazos y pocas de ellas al terminar el proceso de ensamble por invidentes. Este era el concepto científico y práctico que ideó el fundador de la fábrica más grande y más importante del mundo en vehículos y que ahora pasa por una crisis financiera y ya fue desplazada a nivel mundial por la empresa japonesa Toyota quien también rebasó a la General Motors que el último año perdió casi dos mil millones de dólares mientras que la compañía nipona tuvo utilidades por 13,550 millones de dólares en el mismo año 2006.
En México se venden anualmente un millón doscientos mil unidades nuevas y en su producción durante los primeros cuatro meses de este año se tuvo una caída a el 7.7 por ciento. Todas las armadoras, excepto la Nissan, tuvieron este reflejo negativo encabezando esta relación la General Motors con un 20 por ciento de menor fabricación de unidades, Toyota con el 18.8 por ciento, Ford el 17.8 por ciento, Chrysler 15.7 por ciento, Volkswagen disminuyó su producción en 13.5 por ciento. Todos estos porcentajes comparados con el primer trimestre del año anterior.
Como se observa, la producción en el país disminuyó y las ventas están cada día mas competidas pues con cerca de 40 marcas automotrices se dispone de mas de 400 modelos para escoger en el mercado con características de carrocería, seguridad, comodidad, velocidad y distintos accesorios, sin embargo, parece ser que la fiesta se terminó pues después de 70 años de tener un mercado cautivo donde se vendían a precios mucho más caros que en su país de origen, las compañías norteamericanas vieron la entrada a México de un “Vocho” y de un “Datsun” que les arrebato parcialmente el mercado y actualmente lo comparten con marcas noruegas, francesas, italianas, inglesas, etc. No es posible que con una mano de obra y materias primas mas caras, los autos en la Unión Americana sean más baratos que en México. La respuesta es que las utilidades que ganan en México son mucho mas altas que las recibidas en Estados Unidos y como se tuvo una frontera cerrada no se tenía opción de escoger. Parece que lo peor para las armadoras en México viene ahora pues actualmente se encuentra un cargamento de cinco mil vehículos de fabricación China en un puerto mexicano que están detenidos para verificar por parte del gobierno federal sus condiciones y características. Esto posiblemente podría ser la presión a los fabricantes extranjeros asentados en nuestro país que no quieren una competencia eficiente. Se comenta que estos automóviles aun pagando el 50 por ciento de impuesto por ingresar en el mercado nacional saldrían con un precio al público de 40 mil pesos, es decir a menos de la mitad del automóvil más barato que se tiene en el país. El no tener una visión empresarial a futuro les cobra ahora la factura. Tantos años manipularon el mercado a precios altos fuera de una utilidad razonable que se les olvidó que la globalización dió inicio hace 20 años. Todo sea en beneficio de quienes requieren un vehículo para ir a su trabajo, llevar a sus hijos a la escuela, como una verdadera herramienta práctica de trabajo y comodidad.
Eficiencia mas eficacia dan como resultado productividad y eso es lo que necesitamos en este país para ser competitivos.
¡México es primero! Mayo 2007