Un tipo andaba triste. ?¿Qué te pasa?? -le pregunta alguien. Responde el individuo, atribulado: ?Mi hijo acaba de decir su primera palabra?. ?¿Y eso te entristece? -se asombra el otro-. ¡Deberías estar feliz!?. ?Ya lo sé -replica desolado el individuo-. Pero esa palabra la pronunció en una reunión con mis amigos y compadres. El niño dijo: ?Papá?. ¡Y todos voltearon!?... Uglilia, mujer más fea que un coche por abajo, llegó a una tienda de disfraces. Le dice al encargado: ?Voy a un baile, y necesito una máscara?. ?Permítame una sugerencia -ofrece el tipo-. Para ahorrarse el gasto nada más póngase una liga en la parte de atrás de la cabeza?... Don Algón, maduro y salaz ejecutivo, le dice a su guapa secretaria: ?Perdone que esta quincena no le aumente el sueldo, Rosibel. El médico me dijo que a mis años lo más que puedo permitirme es darle a usted un aumento de sueldo cada mes?... Vicente Fox llegó a la Presidencia con el mayor capital político que presidente alguno ha tenido al asumir el cargo. En pocos meses dilapidó ese cuantioso capital por causa de sus indecisiones, y ya jamás pudo recuperarlo. Cosa muy diferente sucedió con Felipe Calderón. Llegó a la Presidencia sin capital alguno, en medio de impugnaciones y rechazos, y en pocos días fortaleció su imagen con medidas de mano firme -Oaxaca, Michoacán- que fueron bien recibidas por los ciudadanos. Ciertamente hay muchos mexicanos, sobre todo en el Distrito Federal, que piensan que la presencia de Calderón en la máxima magistratura (ésa que Fox convirtió en mínima) es resultado de un manejo irregular. Pero aun esos escépticos se expresan bien de las primeras acciones del nuevo Presidente, y empiezan a diluir su encono. A diferencia de su antecesor, Calderón es buen político. Tiene experiencia parlamentaria y es hombre de ideas y de carácter. Esperemos que todo eso le sirva para hacer un buen gobierno. México necesita un gobierno así después de seis años de escasos frutos y abundantes yerros... El muchacho que se iba a casar fue a comprarse un traje. Lo acompañaba su linda noviecita. Le dice el muchacho al hombre de la tienda: ?El pantalón lo quiero con presillas para el cinto?. ?No -opone la muchacha-. Déselo sin presillas?. Prosigue el muchacho: ?Quiero que el pantalón lleve pinzas?. ?No, -rechaza ella-. Las pinzas se ven mal'?. Pide el novio: ?Que el pantalón tenga valencianas?. ?No -vuelve a negar la chica-. Traiga uno sin valencianas?. El tipo de la tienda le pide al novio entonces: ?Dígame cómo quiere el saco y el chaleco. Ésos sí los va a llevar usted?... Un borrachito entra en el elegante hotel y en el mostrador de recepción da fuertes golpes con la mano. El gerente levanta una ceja y le pregunta con ofendida dignidad: ?¿El señor está hospedado con nosotros??. ?¿Que si estoy hospedado? -responde muy orgulloso el borrachín-. Señor mío: ¡estoy hospedísimo!?... En el restaurante aquel señor advirtió que un desagradable insecto se iba deslizando por la cubierta de la mesa. Lo echó abajo con una servilleta y se dispuso a aplastarlo con el pie. Pero en eso oyó que el insecto le gritaba: ?¡Por favor, señor! ¡No me mate!?. El señor no daba crédito a sus oídos. ?Escuche mi historia, por favor -le ruega el bicho-. Yo era un hombre como usted. Cierto día iba por la playa y vi un lámpara. La levanté y la froté para limpiarla. Se formó una nube de humo y apareció una hermosísima hechicera. Me dijo que me cumpliría tres deseos. La vi tan bella que le pedí un beso. Me lo dio. Eso me hizo solicitarle una más íntima demostración de amor. Me la brindó cumplidamente. Al final me sentí tan satisfecho, tan gratamente fatigado que le dije: ?¡Hazme piojito!?. Y aquí estoy?... La maestra le ordena a Pepito: ?Pasa al pizarrón y dibuja un ovoide?. Pepito va, toma el gis, se queda pensando, vacila, y se mete la mano al bolsillo del pantalón. Le advierte severamente la maestra: ?Sin copiar ¿eh??... (No le entendí)... FIN