Simpliciano, joven sin ciencia de la vida, casó con Pirulina, muchacha sabidora. Al empezar la noche del connubio él le pregunta solemnemente a ella: "¿Es ésta tu primera vez". Responde Pirulina: "Hoy sí"... Sor Bette y sor Dina, profesas en la Orden de la Reverberación, fueron a la ciudad a hacer las compras del convento. Al terminar el mandado sor Dina le propuso a su compañera que fueran a tomar un cafecito. "No podemos, hermana -opone sor Bette-. La reverenda madre superiora nos dijo que regresáramos al convento inmediatamente después de terminar las compras. Y antes preferiría yo faltar al voto de castidad que al de obediencia". "¡Ah! -se asombra sor Dina-. ¡No sabía que pudiéramos elegir!"... El director de programa del club hacía la presentación del orador invitado. "He aquí -dice con tono magnílocuo- un hombre que no conoce el significado de la palabra miedo; que no conoce el significado de la palabra desaliento; que no conoce el significado de la palabra rendición... Creo, amigos, que deberíamos hacer una colecta para comprarle un diccionario"... En la alta noche Impericio fue acometido por una súbita ráfaga de rijo erótico. Movió a su esposa para despertarla, y en 10 segundos flat cumplió el imperativo natural. Con acre acento le dice ella: "¿Y para esto me despertaste?". (La queja de la señora era fundada. El acto del performance ha de estar precedido por caricias y palabras -foreplay- que sirvan de adecuado prolegómeno a la unión. Tome en cuenta el hombre que el impulso sexual es diferente en el varón y en la mujer. Ésta necesita más tiempo y más comunicación personal para ponerse in the mood. La premura y desmaña en que incurren algunos caballeros no ayudan nada a conseguir que el acto íntimo sea pleno para sus compañeras. Y otra cosa: consumada la unión el hombre no ha de volver la espalda a su pareja y ponerse a roncar cual jabalí; o encender inmediatamente la tele a ver qué hay en el canal de los deportes; o levantarse para ir al refrigerador. La ternura ha de seguir a la pasión; la mutua entrega de los cuerpos es nada si no la acompaña la recíproca dación de las almas. Es intolerable por eso la burda afirmación machista según la cual la mujer ideal sería aquella que tras terminar la relación sexual se convirtiera instantáneamente en una pizza de pepperoni y un six de cheve helada... NOTA: Los datos para escribir este comentario los saqué del libro "Flonging your dong", de la Dra. Sadie Maisie Skeezer)... Nos preocupa que llegue a México el populismo de la izquierda demagógica, autoritaria y caudillista que ha sentado ya sus reales -y sus irrealidades- en algunos países de América Latina. Pero igualmente nos debe preocupar el derechismo ultramontano con el cual pretenden algunos hacer frente a esa amenaza. Desde ese punto de vista las iglesias -en México especialmente la católica- han de ser ajenas por completo a los tejemanejes del poder. El Estado mexicano es laico. A lo largo de nuestra historia hemos sufrido los malos efectos que derivan de la injerencia de los jerarcas religiosos o los personeros de la Iglesia en los asuntos públicos. Tan peligrosa como la izquierda radical es el derechismo fundamentalista de quienes creen que Dios los ha llamado a poner orden en la sociedad... Pepito oyó decir que todo adulto tiene algo qué esconder. Fue con su papá y le dijo en tono amenazante: "Lo sé todo". El señor, nervioso, echó mano a la cartera y le dio 50 pesos. "Ten -le ofreció-. No le digas nada a tu madre". Enseguida el tremendo chiquillo fue con su mamá. "Lo sé todo" -le dijo. La señora sacó de su bolso un billete de 100 pesos y se lo entregó al tiempo que le pedía llena de alarma: "No le vayas a decir nada a tu padre". Luego Pepito fue con el vecino. Le dijo: "Lo sé todo". El vecino lo abraza lleno de emoción: "¡Hijo mío!"... FIN.
