El señor obispo y el padre Arsilio fueron a visitar el museo de arte. Hicieron el recorrido cada uno por su lado, y se volvieron a encontrar a la salida. Su Excelencia le comenta muy escandalizado al sacerdote: "¿Vio usted esa estatua de mármol que representa a una mujer desnuda? ¿Cómo exhiben una figura así, con esos pechos tan voluminosos?". "Y tan fríos" -completa el padre Arsilio... En el restorán de lujo un cliente le indica a su compañero de mesa: "Ahí viene la especialidad de la casa: la cuenta". (Era uno de esos restoranes donde comes rico pero sales pobre)... La curvilínea secretaria le dice al nuevo, apuesto empleado: "Te gustarán las prestaciones que tienen aquí. Yo soy una de ellas"... El padre de la muchacha le advirtió a su pretendiente: "Quiero que sepa que mi hija está acostumbrada a vivir en esta casa como reina". "No se preocupe, señor -responde el galancete-. Yo también me acostumbraré a vivir en esta casa como rey"... Babalucas y un amigo fueron a un bar de solteros. El amigo de Babalucas era un hábil y afortunado seductor. Va con una linda chica y le dice: "Estoy haciendo una rifa gratuita. Escoge un número del uno al cinco". "Tres" -responde la muchacha. "Hoy es tu día de suerte -la felicita el tipo-. Te ganaste la rifa, y el premio soy yo". La muchacha ríe divertida y se va a una mesa con el labioso galán. Babalucas se dirige a otra chica. Le dice: "Estoy haciendo una rifa gratuita. Escoge un número del uno al cinco". Responde la muchacha: "Cuatro". Le dice Babalucas: "Hoy no es tu día de suerte. El premio de la rifa era yo, pero te pasaste por un número"... Se escuchan buenos comentarios sobre el desempeño de Marcelo Ebrard, en cuyas manos están las riendas del Distrito Federal, si riendas puede tener ese terrible, hermoso monstruo. Conoce sus entrañas, y a ellas está llevando la lucha contra la criminalidad. Si a más de eso logra quitar del centro histórico -rostro y al mismo tiempo corazón de la bellísima ciudad- la fea pústula del ambulantaje; si acaba con la viciosa complicidad que el Gobierno del DF ha mantenido con líderes inmorales que han convertido las calles de uso común en su propiedad particular, y venden sus espacios a pobre gente que usan como carne de manifestación; si regresa esas calles a la comunidad y hace que a ellas vuelvan la decencia, el orden y la seguridad, entonces Ebrard se estará encaminando a nuevas metas, mal que le pese al Goliat que tiene enfrente, AMLO, que está trabajando día y noche no para el PRD, ni para la causa de la izquierda, ni menos aún para el pueblo, sino para su propia y muy personalista causa. En el poco tiempo que lleva al frente de la administración capitalina Ebrard ha mostrado un talante distinto al de su antecesor. Lo acotan y limitan, sí, las violentas tribus del perredismo radical, pero sus acciones indican la voluntad de hacer un gobierno que mire más al bien comunitario. Ojalá Ebrard no vaya a resultar alcalde del mes de enero. Así se dice en España del que empieza su labor con bríos de jaca andaluza y al poco tiempo cambia esos bríos por resabios y roncerías de mula manchega. (Voy a apuntar eso de "resabios y roncerías", porque se oye muy bien)... Inepcio, el hijo de don Poseidón iba a casarse. El viejo le dio un consejo al inexperto joven: "Lleve m’hijo a su noche de bodas una latita de pintura verde y una pala". El muchacho se desconcierta al escuchar aquella peregrina recomendación. Pregunta: "¿Pa’ qué, ‘apá?". Responde el vejancón: "Pa’ que sepa si su mujer es inocente. Antes de presentarse ante ella píntese de verde aquella cosa. Si la muchacha le pregunta: ‘¿Por qué tú la tienes verde?’, eso querrá decir que ya no es inocente. Entonces dele con la pala en la cabeza"... FIN.
