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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Le cuenta un tipo a su amigo: "Voy a ir en estos días a Cancún". "Qué bueno -lo felicita el otro-. ¿Cuánto vas a estar por allá?". "Cincuenta mil pesos" -responde el tipo... Pregunta el señor a su hijo: "Dime, Pepito: ¿qué te gustaría ser cuando estés grande? ¿Médico? ¿Abogado? ¿Ingeniero?". "No, -responde Pepito-. Me gustaría ser indejo". "¿Cómo que indejo? -se sorprende el papá-. ¿Por qué quieres ser indejo?". Contesta Pepito: "Es que cuando vamos por la calle tú siempre dices: ‘¡Qué carrazo trae ese indejo! ¡Qué buena vieja trae ese indejo!’"... El piloto del avión de seis plazas se vuelve hacia sus pasajeros y pregunta: "¿Alguno de ustedes sabe rezar?". Solamente uno levanta la mano. "Muy bien -le dice el piloto-. Los motores del avión están fallando, y traemos nada más cinco paracaídas. Nosotros nos vamos a lanzar. Usted quédese rezando"... Le revela una señora a otra: "Estoy embarazada. No sé qué le voy a decir a mi esposo". "Es muy fácil -aconseja la otra-. Dile la verdad; sencillamente infórmale que estás embarazada". "La cosa no es tan simple -replica la mujer-. Hace año y medio que no lo veo"... Llega el señor cura a la casa de un sujeto. "¿Es usted Proliferio Grancañón?" -le pregunta. "A sus órdenes -responde el tipo. "Tiene usted 20 hijos, ¿verdad?" -inquiere el sacerdote-. "En efecto -contesta el individuo-. Soy padre de 20 hijos". "Lo felicito -dice entonces el padre-. La Delegación Apostólica se enteró del admirable ejemplo de fecunda paternidad que usted ha dado, y sabe de la plausible abnegación con que ha cumplido el mandato del Señor: creced y multiplicaos. Así pues, como un premio por su paternal entrega a la formación de una familia católica, le envía por mi conducto una bendición especial de Su Santidad el Papa". "Agradezco mucho el detalle -responde el tipo-. Tengo 20 hijos, es cierto, pero debo aclararle que no soy católico: soy protestante". "¡Qué barbaridad! -se escandaliza entonces el señor cura-. ¿Cómo es posible que nuestro Santo Padre le envíe su bendición a un maniático sexual?"... Éste era un pobre hombre que tenía más de dos años sin trabajo. Desesperado se presentó en un circo a pedir empleo. "Llega usted en el momento justo -le dice el propietario-. Precisamente nos está haciendo falta una persona para nuestro espectáculo marino". "¿Qué debo hacer?" -pregunta esperanzado el infeliz. "Es muy sencillo -le dice el empresario-. El tiburón abre las fauces y usted mete la cabeza entre ellas. Eso es todo". "No parece difícil -dice con voz algo vacilante el pobre tipo-. Me preocupa solamente una cosa". "¿Cuál? -pregunta el director-. "¿Qué pasa si al tiburón se le ocurre cerrar las fauces?". "En ese caso -dice el empresario-, ya no tendrá usted que trabajar"... Llega el agente vendedor a una casa. "¿Se encuentra tu mamá? -pregunta al pequeñín que le abrió la puerta. "No puede venir -dice el niñito. Está en la cama". "¿Y tu papá?" -pregunta el vendedor. "Está arriba" -contesta el niño. "¿En el segundo piso?" -inquiere el vendedor. "No -dice el pequeño-. Arriba de mi mamá"... Una comisión de vecinos del edificio visita al señor del departamento 6. "Don Sufricio -le dicen-. La joven señora del 14 enviudó y quedó en situación económica difícil. Andamos haciendo una rifa. Venimos a que nos compre un boleto". "No tiene caso, amigos -responde el señor con gran tristeza-. Ustedes conocen a mi esposa, y saben bien que aunque me sacara a la vecina no me dejaría tenerla en la casa"... FIN.

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