Decía una señora: "-Mi esposo se parece a los gallos viejos". "-¿Cómo son los gallos viejos?" -le preguntaba una amiga. Y decía la señora: "-Nada más se les suben a las gallinas para que los paseen"... El joven esposo llega a su casa después de trabajar. Le dice su amante mujercita: "-Has de venir con hambre, Gerineldo. ¿Qué te parecería una buena cena?". "-Hoy no, Laureola -responde él dejándose caer en el sofá-. Vengo cansado, y preferiría cenar en casa"... Don Andrés Serra Rojas, maestro mío preclaro de Administrativo en la Facultad de Derecho de la UNAM, solía decir que el triunfo es como el bautizo: borra todos los pecados. Yo creo que en política el triunfo inaugura todos los pecados. Con frecuencia el vencedor repite los vicios y errores del vencido, y da origen así a su propio vencimiento. En Yucatán sucedió eso. El PAN combatió al PRI durante décadas, y cuando lo sustituyó cayó en sus mismos yerros. Quizá eso explica el resultado de la elección de gobernador: muchos ciudadanos que habían votado siempre por Acción Nacional ahora le dieron la espalda. Sirva esto de valiosa lección para el partido blanquiazul. No es posible hacer renuncia de los principios y valores que inspiraron alguna vez el quehacer de los panistas sin sufrir las consecuencias de ese abandono. Por su parte el PRI tiene ahora una oportunidad valiosa para legitimarse de nueva cuenta frente al noble pueblo yucateco, que nuevamente da lección de democracia a México. Uno de los frutos del ejercicio democrático es el de la alternancia. En la democracia nada se gana o se pierde para siempre. En Yucatán ganó el PRI. Ojalá el resultado de esta elección haga que ganen todos los yucatecos... Casó un granjero viejo con una zagala en flor de edad. Al poco tiempo de celebrada aquella boda desigual el granjero le confía sus penas a un amigo. "-En las noches estoy ya muy cansado para cumplir el conyugal deber. Y cuando en el curso del día me llega el impulso de cumplirlo ando en el campo, lejos de la casa. Me apresuro a ir allá, pero cuando llega el impulso ya se me abatió". "-Haz esto -le recomienda el otro-. Lleva contigo tu escopeta. Cuando te acometa el natural instinto dispara el arma. Dile a tu esposa que al oír el tiro acuda a ti inmediatamente. Ella es joven; puede correr aprisa, y llegará a tu lado cuando todavía te encuentres en aptitud de hacer honor a la condición de amante esposo". Prometió el granjero seguir aquel consejo. Pocos días después le preguntó su amigo si había funcionado el método. "-Los primeros días sí -dice el granjero-. Disparaba yo la escopeta y llegaba corriendo mi mujer. Pero luego empezó la temporada de caza, y ahora casi no la veo"... Dos borrachines van por el muelle cuando escuchan voces desesperadas: se había caído al agua un infeliz y no sabía nadar. Les grita angustiosamente a los borrachos: "-¡Una cuerda! ¡Por favor, échenme una cuerda!". "-¡Si será terco el caón ése -dice uno de los ebrios al otro-. ¡Se está ahogando, y todavía quiere ahorcarse!"... “Se casó un individuo que presumía de ser muy ejecutivo. Tan pronto llega con su mujercita al cuarto del hotel donde pasarán su luna de miel, le espeta sin preámbulos: "Muy bien, Rosibel. Vamos a nuestro negocio". Después de la primera acción, e inhabilitado el tipo para la segunda, le dice ella: "¡Uh! ¡No sabía que el negocio se te iba a caer tan pronto!"... FIN.