Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

¡Atención! Sin permiso de la Liga de la Decencia o de la Pía Sociedad de Sociedades Pías se contará hoy aquí un espantable chascarrillo que lleva por título "El Hombre de Hierro”. Nadie que esté en sus cabales debería leer el dicho cuento, cuyo texto viene al final de esta columnejilla... Lord Feebledick llegó a su casa y encontró a su mujer, lady Loosebloomers, entrepiernada con Wellh Ung, el toroso mancebo encargado de la cría de faisanes. Preguntó milord sin perder la flema que caracteriza a los de su clase: "¿Qué significa esto?". Imperturbable también replica lady Loosebloomers: "Tú me has pedido que cuide los dineros de la casa, y era esto o aumentarle el sueldo"... El gerente de la agencia de publicidad le dice al nuevo empleado: "En su currículo puso usted que es graduado de Harvard con maestría en Oxford y Cambridge; que trabajó 10 años en Madison Avenue de Nueva York, y que hizo la campaña por la cual Clinton llegó a la Presidencia. Investigamos eso, y sucede que no terminó usted ni la escuela secundaria. ¿Por qué puso usted todo eso en su currículo?". Responde el individuo: "En el anuncio que pusieron en el periódico decían ustedes que necesitaban un creativo con imaginación"... Aquel pobre hombre recibió de su médico un diagnóstico muy desfavorable: padecía un mal testicular, y había que extirparle uno de los testes, dídimos o compañones. Se llevó a cabo la operación. Cuando el paciente volvió en sí de la anestesia el médico le dijo: "Le tengo dos noticias, una mala y otra buena". "¿Cuál es la mala noticia, doctor?" -inquiere tembloroso el lacerado. Responde el médico: "Por equivocación le extirpamos el testículo bueno". "¡Santo Dios! -se consterna el infeliz-. Y la buena noticia ¿cuál es?". Le dice el facultativo: "Descubrimos que el malo se lo pudimos haber curado sin necesidad de operación"... Todo mundo está de acuerdo en que uno de los mayores problemas de México es el de la educación. Los maestros se quejan de los bajos salarios que reciben, y atribuyen a eso, y a la falta de otros estímulos, la baja calidad del servicio educativo "Tú haces como que nos pagas -parecen decirle al Gobierno- y nosotros hacemos como que trabajamos”. Ciertamente hay muchos maestros que pese a eso llevan a cabo su labor con empeño y dedicación, pero no es posible pedir a nadie que sea apóstol de la educación si a cambio de su esfuerzo recibe un salario que apenas es suficiente para subvenir a las necesidades básicas. En los niveles superiores el problema es aún mayor. Algunas universidades reproducen los vicios oficiales de ineficacia y corrupción que en el mejor de los casos permiten que se cumplan más mal que bien las tareas de la docencia, sin dejar sitio a la difusión de la cultura y menos a la investigación. Universidades hay que han caído en poder de facciones ideológicas que las utilizan para sus fines sin considerar para nada la función de la Universidad. El resultado: baja calidad académica que se refleja en el futuro de los egresados. Y lo más triste de todo es que cuando alguien menciona esos males se le llama "enemigo de la educación popular”. México no podrá resolver sus graves problemas mientras no mejore el sistema educativo desde el jardín de niños hasta la Universidad... Y ahora he aquí el espantable chascarrillo conocido con el sugestivo e inquietante título de "El Hombre de Fierro”. A una casa desafinada, es decir, de mala nota, llegó un jactancioso individuo. Se plantó en medio del local, y despojándose de su camisa y camiseta procedió a mostrar su musculatura. "¡Miren! -dice a las muchachas que ahí estaban-. ¡Puro fierro! ¡Puños de fierro! ¡Brazos de fierro! ¡Hombros de fierro! ¡Cuello de fierro! ¡Espaldas de fierro! ¡Cintura de fierro! ¡Estómago de fierro! ¡Y todo lo demás de fierro también! ¡Soy el Hombre de Fierro!”. Todas las chicas se impresionaron, menos una veterana experta en toda suerte de lides. Se levantó de su silla, y tomando del brazo al faceto individuo le dice: "Vente conmigo, Hombre de Fierro. A mí me llaman la Fundidora”... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 279814

elsiglo.mx