Babalucas fue en su automóvil con una linda chica a un paraje solitario. En el asiento delantero del vehículo empezaron las acciones amatorias. Ella era diestra en cosas de erotismo, y bien pronto puso a su galán en competente estado de rijosidad. Le dijo al oído: "¿Quieres ir al asiento de atrás, Baba?". "No" -respondió él. La muchacha siguió con sus sobos, palpamientos, manifacturas, roces y toqueteos, y a poco sintió por señas inequívocas que Babalucas estaba ya en el culmen del deseo sensual. "¿No te gustaría ir al asiento de atrás?" -vuelve a preguntarle. "No" -respondió de nuevo él entre jadeos igniscentes. La chica se desconcertó un poco, pero no era mujer que dejara una obra inconclusa. Eso se lo dejaba a Schubert. Prosiguió con empeño su labor, enriquecida ahora con sutiles destrezas mujeriles que habrían puesto en ardimiento erótico al mismísimo Pensador, la marmórea escultura de Rodin. Rozando con la punta de su lengua el lóbulo de la oreja del acezante Babalucas le preguntó otra vez en tono sugestivo: "Ahora sí, Baba: ¿estás listo para ir al asiento de atrás?". "¡No! -gime él desconsoladamente-. ¿Por qué quieres que me pase allá? ¡Yo quiero seguir aquí contigo!"... Valdría la pena averiguar la procedencia de los dineros que sirven para pagar a quienes hacen del ocio y el desorden su forma de vivir. Hablo de los violentos entes que se dedican en modo cotidiano a perturbar la vida en el Distrito Federal, por ejemplo los integrantes de esa ya tristemente célebre Coordinadora Nacional del Magisterio, y otros bajunos especímenes de la misma ralea y condición. Lo que hacen esos tales no es de a gratis: son "luchadores sociales" que gozan del discreto encanto de la nómina, y perciben por sus plantones y bloqueos un sueldo diario, como los tipos y las tipas que ocuparon el Paseo de la Reforma en nombre de López Obrador. ¿De dónde sale el dinero para cubrir los jornales de esos malvivientes vivales vividores, que entre todos no juntan en su vida un turno de 8 horas de trabajo? Y otra pregunta se me aparece "en el silencio de la noche, cuando / arrulla el dulce sueño a los mortales": ¿cuál es la capital de Dakota del Sur?... Las feministas se alegran mucho si alguien les dice que la mujer es igual al hombre, pero se molestan bastante si les dice alguien que el hombre es igual a la mujer. Una adalid del feminismo declaró en un congreso: "La verdad es que el hombre sólo tiene una diferencia en relación con la mujer". "Es cierto -le dice en voz baja una señora a su vecina de asiento-. Y mientras más grande tenga la diferencia, es mejor"... Le cuenta un tipo a su amigo: "Mi mujer está furiosa conmigo". "¿Por qué?" -pregunta el otro. Relata el tipo: "Anoche me quedé hasta tarde en el bar de la esquina. Ella fue por mí para llevarme a casa. ¡Y yo le invité un trago y le pedí su número de teléfono!"... Otro borrachín le dice a un transeúnte: "¿Puede darme 15 pesos para una copa de tequila?". Le indica el individuo: "Una copa de tequila cuesta 30 pesos". Replica el ebrio, despectivo: "¿Y quién compra al menudeo?"... En el lecho de su última agonía la señora le dice solemnemente a su marido: "Veleno: ahora que voy a morir debo hacerte una confesión". "¡No digas nada, mi vida!" -suplica él. Insiste ella con voz feble: "No quiero morir sin que conozcas mi secreto". "¡Calla, amor mío, por piedad! -ruega el esposo-. ¡Sal de este mundo en paz!". Replica ella: "Porque anhelo irme en paz voy a confesarte todo. Debes saber que te fui infiel con tu mejor amigo; que también te engañé con tu socio y con tus competidores; que perdí todo tu dinero en las maquinitas...". "¡No sigas, cielo mío! -la interrumpe él-. ¡Ya sabía todo eso! ¿Por qué crees que te envenené?"... FIN.
