Don Astasio llegó a su casa y fue a su alcoba a fin de ver si había alguna novedad. Ninguna había: su mujer, doña Facilisa, estaba -como de costumbre- entrepiernada en el lecho conyugal con un fornido mocetón. No dijo nada dijo el coronado esposo. Colgó en su percha la americana y el sombrero y fue al chifonier donde tenía la libretita en cuyas páginas solía anotar dicterios alusivos para decirlos a su consorte en esos casos. Volvió a la escena de la coición y le espetó: "¡Fayuta!". Esta palabra la había sacado de la Antología del Tango hecha por Federico Castanedo. La pecatriz se apenó un poco. Bien sabía que con aquella acción inordinada faltaba a los buenos modales. Se volvió hacia su esposo y le dijo: "Perdóname. Hice esto por debilidad". Inquiere don Astasio: "¿Y acaso lo que ese bellaco tiene en la entrepierna es reconstituyente?". (NOTA. Siempre hay pretextos para el adulterio. Leamos el siguiente párrafo: "No veo nada reprochable en lo que hice. Tengo principios morales firmes; creo que la esposa de un amigo es sagrada. Pero unos días antes me propuse dejar de sentir amistad por el marido". ¿Quién escribió esto? Albert Camus)... Poco feliz me pareció el nombre de un simposio celebrado en el Instituto Nacional de Nutrición: "Somos de Maíz: Principio y Destino". La agricultura de un país moderno puede incluir el maíz, sí, pero no como destino único ni como solo ser. Los mexicanos debemos ser también de brócoli, de espárrago, de col de Bruselas, de zanahoria, de tomate, de berenjenas, de alcachofas, de endibias, de escarolas, de apio, de alcaparras, de pepino, y de todos los etcéteras que sea provechoso cultivar. Con esto quiero decir que a la actividad agrícola se deben aplicar conceptos de modernidad propios del mundo en que hoy vivimos, y no sujetarla a "usos y costumbres" que con todo y tener valor tradicional e histórico traen consigo nocivas ataduras. Ciertamente López Velarde dijo: "Patria: tu superficie es el maíz...". Pero lo dijo en 1921, si no recuerdo mal. También es cierto que la dieta del mexicano tiene como elemento principal la tortilla de maíz. Actualmente, sin embargo, la llamada globalización, los mercados internacionales, las necesidades de alimentación del mundo reclaman una agricultura moderna que mire hacia el futuro y que -cuidando siempre el bien del hombre- aproveche los más recientes descubrimientos de la ciencia y abra nuevas expectativas y caminos nuevos. Con ese loable fin he iniciado en mi casa un cultivo (en macetas, por lo pronto) de chirivías, alcauciles, ñame y salsifí... En la tienda de departamentos una linda muchacha le dice a la encargada del departamento de perfumería: "Hoy es mi cumpleaños, y quiero hacerme un buen regalo. ¿Cuál es la fragancia de moda?". La empleada le recomienda una, y la chica la compra. "Si no es indiscreción -pregunta la dependienta mientras envolvía el regalo- ¿cuántos años cumples?". "Veintiséis -contesta la muchacha-. Y ahora voy a tomarme un cafecito para celebrar la compra". Cuando llegó al café, en la mesa vecina estaba un guapo joven. "Lindo regalo" -le dice a la muchacha. "Es mi cumpleaños -responde ella-, y me compré un perfume". Pregunta el joven: "¿Me permites adivinar la edad que tienes?". "A ver" -acepta ella. "Para poder adivinarla -indica el muchacho- necesito poner mi mano en una de tus bubis". "¡De ninguna manera!" -protesta la chica. "Entonces -dice el muchacho- siempre tendrás la duda de si te pude adivinar la edad o no". Curiosa, la cumpleañera cede. "Está bien -acepta-. Puedes hacer eso". Él toma en su mano uno de los encantos pectorales de la chica, lo palpa morosamente y luego dice: "Tienes 26 años". "¿Cómo supiste? -se asombra la muchacha. Explica el joven: "Estaba atrás de ti en el mostrador de la perfumería"... FIN.