Un muchacho les contaba a sus amigos: "Fui a una fiesta de disfraces con mi novia. Ella se disfrazó de periódico; se envolvió totalmente en páginas de diversos diarios. Por mala suerte alguien acercó demasiado un cerillo, y prendieron los periódicos”. "¡Qué barbaridad! -se alarma uno-. Y ¿qué le pasó?”. "Nada, por fortuna -responde el muchacho-. Solamente se le ahumó un poco la sección deportiva”... Un señor acudió muy preocupado a consultar al oculista. "Doctor -se queja-. Se me juntan las letras”. "Pues páguelas” -le recomienda el facultativo... La esposa de Capronio le dice muy orgullosa: “Ahora que venía por la calle muchos hombres me echaron flores”. Comenta con acidia el ruin sujeto: "Seguramente pensaron que ya estabas muerta”... Al llegar a la habitación del hotel donde pasarían su luna de miel el novio empezó a desempacar. Le dice muy contento a su dulce noviecita: "Pirulina: mañana que vayamos a la playa voy a estrenar mi traje de baño”. "¡Qué bueno, Secundo! -se regocija ella-. ¡Por lo menos vas a poder estrenar algo!”... La señora y su marido fueron de compras. Al llegar al súper ella le dice preocupada: "Creo que es mejor que te quedes en el coche, Domiciano. Hace como tres años que no me acompañas a hacer las compras, y el doctor te recomendó no tener emociones fuertes”... Le dice con gran ternura el marido a su mujercita: "Estoy feliz viéndote embarazada, Susiflor, pero sufro mucho al ver tus mareos, tus náuseas, todas las incomodidades de tu estado”. "No te apures -responde ella-. Después de todo tú no tienes la culpa”... El tímido galán llevó a la muchacha a comer unos tacos en una fonda de tercera. Después la invitó a ver los aparadores, y por último la condujo de regreso a su casa. Ya para despedirse le pide con temblorosa voz: "Loretela: ¿me permites que te robe un beso?”. "¡Bah! -dice ella, desdeñosa-. ¡Hasta para robar eres poquitero!”... El maduro señor iba por la calle cuando en la esquina lo detuvo una muchacha muy pintada. "¿Te gustaría pasar conmigo un rato agradable, guapo?” -le pregunta. "Lo siento -responde el señor-. Es algo tarde”. "No es tarde -replica la muchacha-. Son apenas las once de la noche”. "No, linda -le aclara el señor con mucha tristeza en su voz-. Son unos diez años tarde”... Un cierto chaparrito trataba de introducirse todos los días en el cuartel. De ahí lo botaban siempre con cajas destempladas. Un amigo le preguntó por qué hacía eso, por qué intentaba meterse en el cuartel siendo que lo expulsaban cada día. Contesta el chaparrín: "Es que no sabes lo bonito que se siente que alguien te diga: ‘¡Alto!”‘... El enfermo que iba a ser operado le pregunta al anestesista: "¿Cuánto me cobrará por sus servicios, doctor?”. "Bueno -responde el médico-. Con anestesia fina, 10 mil pesos. Con anestesia corrientita, 5 mil”. Pregunta tímidamente el señor: "¿Y mordiendo el pañuelo?”... En la biblioteca del Vaticano un sacerdote investigador leía con lupa los caracteres de un antiguo manuscrito. De pronto se da una gran palmada en la cabeza, y exclama”¡Santo Dios!”. El principal bibliotecario acude con premura. “¿Qué sucede, padre Evansio? -le pregunta-. ¿Hizo usted algún descubrimiento de importancia?”. “Sí -responde el erudito consternado-. Todos estos años hemos vivido en el error por causa de una letra. El manuscrito original no dice: ‘En materia de sexo debemos ser castos’. Dice: ‘Debemos ser vastos’”... Un señor le decía a su hijo: “La edad es cosa rara. Alguna vez aprenderás que 70 llega después de 60 mucho más rápidamente que 40 llega después de 30”... La vaca y el toro se encontraron en el prado. "Me llamo Clavelinda -dice la vaca-. Pero dime no más Clavel, pues con los años se me acabó lo linda”. "-Yo me llamo Agapito -se presenta el toro-. Pero dime no más Aga. A mí también los años me han maltratado mucho”... FIN.
