Dice un tipo a otro mostrándole un anillo de metal: "-Mira qué bonito anillo le compré a mi novia. Está hecho de una esmeralda”. "-¡Estás loco! -le manifiesta el otro-. ¡Las esmeraldas son verdes!”. Contesta el tipo: "-Espera a que lo use unos días y verás”... En el pequeño pueblo hubo una reunión de amigos. Levanta uno la copa y brinda alegremente: "-¡Por los mejores ratos de mi vida, que son los que he pasado haciendo el amor con mi mujer!”. La sinceridad de aquel singular brindis causó tanto impacto que al día siguiente era objeto del comentario general en el pueblito. "-Oye -pregunta al sujeto su mujer-, me dijeron que anoche en la parranda hiciste un brindis muy extraño. ¿En qué consistió?”. "-Bueno -responde él con cierta vacilación temeroso de que se fuera a molestar, pues era mujer muy religiosa-. Brindé por los mejores ratos de mi vida, que son los que he pasado contigo en la iglesia”. Poco después iba la señora por la calle cuando la detiene una amiga, que estaba enterada de cómo había sido el verdadero brindis. "-Oye -dice con sugestiva voz a la señora-. Te felicito por el brindis que hizo anoche tu marido”. "-Ojalá fuera cierto lo que dice -responde con tristeza la mujer-. Pero para serte sincera, han sido nada más dos veces: la primera fue antes de casarnos, y en la segunda estuvo durmiéndose todo el tiempo”... Hay quienes dicen que en México hay demasiada política, y profusión extrema de políticos. Yo no lo creo: hay abundancia, sí, de politiquería, y exceso de politiqueros, pero la verdadera política está ausente, y políticos de verdad no se ven muchos. Todos los días los medios de comunicación dan cuenta de las escaramuzas entre los señores y las señoras que participan en la vida pública, y sin embargo muy rara vez sabemos de algún fruto concreto que de sus ires y venires resulte en bien para la comunidad. Por eso me inquieto cada vez que se habla de la creación de un nuevo partido. Son muchos ya los que tenemos; mejor sería la vida nacional si su número se redujera en vez de agrandarse aún más. Menos politiquería necesitamos, y más y mejor administración... Una señora fue de vacaciones a Acapulco. Sin hacer caso de la bandera de peligro entró en el mar y una ola grande la arrastró. Gritó desesperadamente la mujer en petición de auxilio. Uno de los botones del hotel se arrojó al agua, nadó vigorosamente y la sacó sana y salva. Después de recuperarse la mujer le pregunta en voz baja a otro viajero: "-¿Cuánto se da de propina por esto?”... Fueron dos amigos a un baile. El primero invitó a una ingenua chica a bailar un cadencioso danzón de ritmo erótico. En las evoluciones de la danza le dice la muchacha al bailador: "-Siento algo que me cala". "-No hagas caso -contesta el tipo-. Es que acabo de cobrar mi sueldo, y lo traigo en el bolsillo del pantalón". Termina la pieza, y el joven va a dejar en su mesa a la cándida muchacha. Luego le cuenta a su amigo el incidente. Toca la orquesta otro danzón, y es ahora el amigo el que va a invitar a la chica. La escena se repite. "-Siento algo que me cala" -vuelve a decir ella. El amigo recurre a la misma explicación: "-No hagas caso. Acabo de cobrar mi sueldo, y lo traigo en el bolsillo del pantalón". Dice la muchacha: "-Usted gana bastante menos que su amigo ¿verdad?"... (No le entendí)... FIN.
