La gallinita fea, viendo al arrogante y hermoso gallo, decía a la otra gallinita igualmente fea: ¿No te gustaría que el gallo ése fuera elevadorista?”. "-¿Para qué?” -pregunta la otra-. Y dice la gallinita: “-Porque así nos diría: ¿A cuál piso?”... El tipo aquél va por la calle acompañado de una negra despampanante. Una señora lo detiene y le dice con tono de reproche: "-¿Cómo le va, compadre? Desde que mi comadre murió no lo había visto”. "-Pues aquí me ve, comadre -responde el tipo tomando por la cintura a la negra-. Todavía de luto”... En seguida la historia de la confusión lamentable sufrida por el joven recién casado que llegó a su casa a la hora de la cena: "-¿Ya te caliento?” -le pregunta su mujercita-. "-Después -contesta el joven-. Primero dame de cenar”.... El señor y la señora se van muy preocupados al teatro, porque su hija se ha quedado sola en la casa con el novio. La mamá le hace mil recomendaciones a la chica, le dice que pueden pasar la velada viendo la televisión, contando chistes, y así. Cuando regresan ya muy noche, el novio se ha ido y la chica está en su recámara luciendo una dulce sonrisa evocadora. "-¿Qué se la pasaron haciendo?” -pregunta la mamá al ver la actitud de la muchacha-. "-Contando chistes” -dice la chica-. "-¿Estás segura que fue todo lo que hicieron? -insiste la mamá-. ¿Contar chistes?”. "-Claro que sí -dice la muchacha-. Incluso le conté uno tan bueno que hasta se cayó de la cama”... Uno por uno iba cargando en brazos Babalucas a los marranos de su granja y los acercaba a las manzanas que pendían de las ramas del árbol para que comieran. "-¿Por qué haces eso? -le pregunta uno-. Corta las manzanas y pónselas; así ahorrarás tiempo”. Contesta Babalucas: "-Anda, ¿qué es el tiempo para los marranos?”... Don Poseidón, labriego acomodado, fue del rancho a la ciudad con el propósito de hacerse reconocer por un doctor. Cuando volvió le preguntaron sus amigos cómo lo había hallado el médico. "-Me dijo que tengo buen estado de salud en general -responde él-. Traigo normal el ácido úrico, la azúcar, el colesterol...”. "-¿Y de presión cómo andas?” -quiso saber uno-. "-Oye, de eso no me dijo nada el médico -contesta don Poseidón muy intrigado-. Pero yo creo que ando bien, porque me aviento unos truenotes brutos”... El auge en México del tráfico de drogas no puede explicarse sin la corrupción oficial. Con el tiempo hemos aprendido que atrás de un gran narcotraficante hay siempre un personaje corrompido: un amaleado jefe policiaco; un militar que deshonra su uniforme; un funcionario público a quien los delincuentes pudieron comprar y poner a su servicio. El combate a las drogas no estará completo sin la lucha contra la corrupción. Repetiré esa frase a fin de que se grabe en la conciencia de la República como en eterno bronce o duradero mármol: "El combate a las drogas no estará completo sin la lucha contra la corrupción". El Gobierno debe investigar permanentemente la conducta de sus integrantes, en especial de aquellos que trabajan en áreas de una manera u otra relacionadas con el ilícito comercio. El narcotráfico es como la hidra de Lerna, monstruo mitológico cuyas siete cabezas se multiplicaban cuando eran cercenadas. ¡Qué monstruo! Hagan ustedes de cuenta un crédito bancario. Si un jefe de la mafia es detenido, o muere, otro toma su lugar, o cinco, o seis ( a veces hasta siete). Sin dejar obviamente de combatir a esos maleantes, el éxito en la lucha contra el tráfico de drogas será mayor si se pone freno a la corrupción oficial. He aquí cómo se oiría si se pusiera freno a la corrupción oficial: "¡¡¡SCREEEEEEEEECCCCCHHHHHHHHHH!!!".... FIN.
