Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

El cuento que sirve de pórtico a esta columnejilla es de mal gusto, tanto que la señora Vanderbilt lo escuchó en una fiesta de la embajada de Burundi y hubo de cubrirse el rostro con el abanico para ocultar su turbación... Aquel hombre y la mujer aquella eran ambos aficionados al futbol. Esa común devoción los llevó a tener trato cercano, y luego íntimo. La vez primera que estuvieron juntos ella lo vio y le dijo usando terminología futbolística: "No sabía que tu centro delantero era tan pequeño". "No es tan pequeño -se defiende él-. Lo que sucede es que este campo tiene una portería demasiado grande". (No le entendí. Y además no tengo abanico, motivo por el cual no puedo imitar el pudoroso gesto de la señora Vanderbilt)... Decía un individuo: "Mi perro policía es muy obediente. Le digo: ‘¡Ataque!’ y le da uno"... Aquel señor pidió servicio de transportación para ir del hotel al aeropuerto. Exactamente a la hora fijada salió del lobby y abordó el vehículo. Le dice el chofer: "¡Qué puntualidad la suya, caballero! Me recuerda a Cerulino Patané, siempre tan puntual". Pregunta el pasajero: "¿Quién era ese señor?". Responde el conductor: "Era un hombre perfecto, resumen de todas las cualidades y virtudes". Opina el cliente: "¿Perfecto? Eso es difícil. Algún defecto ha de haber tenido". "Ninguno -replica el chofer con determinación-. Cerulino era la perfección viviente. Jugaba boliche como un campeón, no como yo, que juego tan mal. Podía arreglar todos los desperfectos de la casa, no como yo, que ni siquiera sé cambiar un fusible. Tenía toda su ropa en orden, no como yo, que tengo mis cajones hechos un desastre. Era educado, no como yo, que soy un barbaján. Bailaba como Fred Astaire, no como yo, que tengo la pesadez de un elefante. Era hombre espiritual y delicado, no como yo, que tengo conversaciones de cantina". Dice el pasajero: "Debe haber sido hombre ejemplar, en efecto. Con razón usted se acuerda tanto de él". Declara el taxista: "Ni siquiera lo conocí". El cliente se asombra. "Y entonces -pregunta- ¿cómo es que sabe tanto de él?". Responde el chofer con tono rencoroso: "Me casé con su viuda"... Un fantasma pasea por la República: el fantasma de la inflación. La inflación es algo que se presenta cuando no hay condiciones para que se presente la inflación. La tasa inflacionaria se especializa en contradecir a los gobiernos: cuando éstos afirman que no hay inflación llega de pronto la tasa inflacionaria y los desmiente. Tal es el caso de lo que ocurre hoy en México. Las voces oficiales niegan que los precios de los artículos de consumo diario estén subiendo, pero las amas de casa, que saben de esto más que todos los funcionarios juntos, pueden hablar autorizadamente del aumento que se está registrando en el costo de la vida. Durante varios años el índice de inflación se había mantenido relativamente estable. Hoy advertimos el riesgo de que se vuelva a desatar. Esperemos que esa vaga entidad llamada pueblo, y sobre todo esa entidad por desgracia muy concreta llamada pueblo pobre, no sufran demasiado los efectos de las medidas económicas -o antieconómicas- que últimamente se han tomado... Aquel hombre llegó a su casa en la madrugada después de un largo viaje en autobús durante el cual no pudo pegar los ojos ni un instante. Llegó un día antes de lo esperado, y encontró a su mujer en el lecho conyugal en compañía de un compadre suyo. "¡Compadre! -exclama el recién llegado con enojo-. ¿Cómo pudo usted hacerme esto? ¡En venganza voy ahora mismo a acostarme con mi comadre!". "Hágalo, compadrito -autoriza el otro con cachaza-. Se ve que le hace falta sueño"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 301782

elsiglo.mx