En la fiesta un achispado señor exponía con enojosa suficiencia sus teorías contra el matrimonio y las mujeres. Decía: "Los hombres deberíamos tener el derecho de cambiar cada año de mujer, así como cada año podemos cambiar de automóvil". Su esposa, cansada ya de los necios desplantes del marido, le dice frente a todos: "Ay, Feblicio. Tú para qué quieres cambiar, si hace mucho tiempo ya que ni manejas"... Aquel individuo era algo sordo. Iba en su bicicleta y se encuentra a un amigo. "¿Cómo está tu esposa Queta?" -le pregunta el amigo. El duro de oído creyó que le estaba preguntando por la bicicleta, y respondió: "Muy mal. Se me ocurrió prestarla, y me la devolvieron toda ponchada y con el asiento abollado"... El oficial del Registro Civil se asombró cuando un señor que apenas hacía un mes había enviudado se presentó ante él para pedirle que lo casara nuevamente. Le pregunta: "¿Cómo es que ya se va a casar otra vez, señor, si hace menos de 30 días que enviudó?”. Explica el tipo: “Es que no soy rencoroso”... "Todos los novios que tuve -comentó Solicia Sinpitier, madura señorita soltera- eran unos verdaderos ángeles”. "¿De veras?” -se interesa alguien. "-Sí -confirma ella-. Todos volaron”... El ratón vio al gato y se metió en su agujero (en aquél en que vivía el ratón, quiero decir). El gato se acerca al hoyo y hace: "¡Miau!”. El ratón se mete más adentro. El gato entonces deja pasar un rato y hace: "¡Guau!”. El ratón supuso que el gato se había ido, y como no temía al perro salió de su agujero. El gato, entonces, le echa mano y se lo come. "No cabe duda -dice relamiéndose-. En estos tiempos no puedes sobrevivir si no hablas un segundo idioma”... Uno de los equipos de futbol más queridos en México es el Chivas de Guadalajara. Se le llamó así, según entiendo, porque sus primeros integrantes, todos muy jóvenes, tenían un estilo de juego travieso y medio loco. A las Chivas se les dice a veces “El rebaño sagrado”. Pregunté a un fanático del Guadalajara la causa de ese raro apelativo, y me explicó que cuando la capital de Jalisco tuvo cardenal -en 1958, en la persona de monseñor José Garibi Rivera, primer cardenal, por cierto, que hubo en México-, alguien pensó en cambiar el nombre de “Chivas” por el de “Cardenales”. Sin embargo prevaleció la tradición, y el nombre original se conservó; pero de aquella idea quedó el mote que arriba puse: “El rebaño sagrado”. Ignoro si tal versión sea verídica, pero me sirve para manifestar mi gozo por el hecho de que Monterrey, ciudad amada a la que tanto debo, tiene también ya su cardenal, monseñor Francisco Robles Ortega, jalisciense igualmente, lo cual en alguna forma hermana a Guadalajara y Monterrey, ambas ciudades orgullo y prez de México. Desde luego ninguno de los dos equipos de futbol que tiene la capital nuevoleonesa, los Tigres y los Rayados, cambiará su nombre, pero el júbilo de los regiomontanos y los nuevoleoneses por tener cardenal será igualmente grande. Gran distinción es ésta para la Iglesia católica de México, y particularmente para Monterrey y Nuevo León. Como católico -indigno, pero católico al fin-, y como agradecido hijo adoptivo de la generosa comunidad regiomontana, me uno a la alegría que habrá de suscitar este acontecimiento venturoso... El turista vio un aparador lleno de relojes. Le gustó uno y entró a comprarlo. "Perdone usted, señor -le dice una recepcionista-. Esto no es una relojería. Es una clínica especializada en vasectomías”. "¿Vasectomías? -se sorprende el tipo-. ¿Y entonces por qué ponen relojes en el aparador?”. "Dígame usted, -responde con voz hosca la muchacha-. ¿qué otra cosa podíamos poner?”... FIN.