Un buen amigo le dio a quien esto escribe un buen consejo. Le dijo: "No empieces la semana laboral con un relato de color subido". Sucede, sin embargo, que quien esto escribe no siente simpatía por la semana laboral. Si ella no le ha tenido nunca ninguna consideración ¿por qué el escribidor debe guardarle miramientos? Siendo esto así, procede el columnista a narrar un cuento de subido tono. Y que perdonen su amigo y la semana laboral... Un señor entró en la cocina en el momento en que su esposa preparaba el desayuno. Ella le dijo a bocajarro: "Hazme el amor aquí, y ahora mismo". El hombre se sorprendió al oír aquello, pues casi siempre su esposa era renuente a cosas de erotismo y voluptuosidad. Así pues, le hizo el amor ahí mismo en la forma en que habitualmente se lo hacía. Acabado el insólito trance ella le dijo: "Muchas gracias". El marido, intrigado por el raro suceso y por el agradecimiento, le pregunta: "¿Por qué me pediste que te hiciera el amor aquí, en la cocina, y por qué me das las gracias?". Explica ella: "Tenía que calentar esta agua durante 30 segundos, y el reloj del microondas no funciona."... Si el presidente Bush supiera oír consejos sabría también que es verdadero aquel aforismo latino según el cual "Optimi consiliarii mortui": los mejores consejeros son los muertos. Los soldados de su ejército caídos en Iraq claman desde sus tumbas y le piden que cese ya esta guerra insana y que devuelva a sus hogares a los combatientes que permanecen aún en la línea de batalla. Toda guerra es una forma de barbarie, y si no es de carácter defensivo es también una forma de injusticia. La llamada "guerra del petróleo" o "guerra de Bush" es particularmente insana, y además inútil. Este conflicto será la mayor mancha del texano, del mismo modo que prolongar la guerra de Vietnam fue la mayor equivocación de otro texano, Johnson. Estamos en presencia de una nueva guerra perdida por los Estados Unidos. Me temo, sin embargo, que Bush no oye razones. Muchas veces le he pedido que saque ya a sus tropas de aquel lejano país, y ningún caso me ha hecho. No vaya a andar diciendo luego que no se lo advertí... Pepito y Juanilito veían la tele. Al cambiar de canales Pepito dio con uno porno. Después de estarlo viendo por un rato le dice a Juanilito: "No sé tú, pero yo creo que a partir de ahora las caricaturas ya no me van a interesar"... Un doctor le cuenta a otro: "Voy a divorciarme de mi esposa". Pregunta el otro: "¿Por qué?". Contesta el facultativo: "¿Recuerdas el viejo proverbio según el cual una manzana al día mantiene lejos al médico? Pues bien: al irnos a la cama por la noche mi mujer siempre me da una"... Aquel hombre joven trotaba por el parque cuando a su lado pasó una señora ya madura corriendo a gran velocidad. El muchacho, asombrado por la rapidez con que corría la señora, la alcanzó a duras penas y le preguntó: "¿Ejercicio intenso? ¿Velocidad?". "No -responde ella sin dejar de correr-. Dieta del agua. Emergencia"... Los socios del Jockey Club conservan todavía la memoria de aquel señor experto en vinos. Una vez cató un tinto, y enseguida pidió ver la botella. "Es de 1896 -leyó en la etiqueta-. El mismo año en que nació mi esposa. Fue un buen año para vinos. Para mujeres no"... El especialista en temas de sexualidad hablaba acerca del orgasmo femenino. "En el Reporte Kinsey -dice- se habla de una mujer que en una sola sesión amorosa tuvo 56 orgasmos". "¡Caramba! -exclama con admiración una de las señoras presentes-. ¿Quién era ella?". Apunta otra: "Olvídate de quién era ella. ¿Quién era él?"... (NOTA: Ignoro quién sería el hombre, pero puedo asegurar que era de Saltillo)... FIN.
