Don Poseidón recibió la visita de una joven reportera que lo quería entrevistar. "-Entiendo -comienza la muchacha- que pertenece usted a una familia muy ilustre". "-En efecto -responde el vejancón-. Por parte de padre desciendo de Haromoso Diallá y de Antifonario de Vilón. Por parte de madre provengo de los Flatosfortes, y cuento entre mis antepasados al marqués Opanela y al cardenal Guillas Cecas". "-¡Caramba! -exclama la chica-. ¡Que pedigrí se carga!". "-¡Señorita! -dice don Poseidón muy ofendido-. ¡Le aseguro que estoy completamente sobrio!... En el bar le dice un joven gay a otro: "-Siento que cada día me aumenta la potencia". "-¡La potencia? -exclama el otro-. ¡Pero si la potencia es cosa de hombres!". "-¿Dije potencia? -se consterna el primero-. ¡Ay, cuando bebo se me revuelven las vocales!"... Fue Babalucas a una casa de mala nota. Le pregunta a la madama: "-¿Cuánto cuesta aquí una mujer?". Responde ella: "-Depende del tiempo". Precisa Babalucas: "-Digamos lloviendo"... En Estados Unidos y en algunos países europeos se considera a México como "un gigante dormido", una nación llena de vastas posibilidades que bien ejercidas podrían llevar al pueblo mexicano a una situación de prosperidad sin límites. Se habla con encomio de la calidad de la mano de obra mexicana. Se ha difundido la buena opinión que los propietarios y administradores de las empresas maquiladoras tienen acerca de los trabajadores y trabajadoras de México. Es tiempo ya de que aprovechemos nuestra estrecha vecindad con los Estados Unidos. La larga frontera que tenemos con esa potencia colosal debemos convertirla en fuente de beneficios, y no de problemas y calamidades... Dulcilí, muchacha ingenua, visitó la casa de una amiga cuyo padre era golfista. Sobre una mesita estaban seis pelotas de golf. "-¿Qué es eso?" -pregunta Dulcilí, curiosa. "-Son pelotitas de golf -responde su amiga-. Las trajo mi papá". "-¿Cazó tres golfes?" -exclama Dulcilí llena de admiración... El soldado de la Legión Extranjera dice a su compañero: "-Hace dos años que no veo a mi esposa, y ahora me anuncia que está embarazada. Dice que mis cartas la emocionan tanto que el sentimiento la hizo concebir". "-¡Ja! -se burla el otro-. ¡Ni que tuvieras la pluma tan larga!"... El niñito entra llorando desconsoladamente al cuarto donde se hallaba su mamá y se echa en sus brazos. "-¿Por qué lloras, hijito?" -le pregunta alarmada la señora-. "-¡Porque no vamos a tener posada esta Navidad!" -responde el niño sollozando desgarradoramente-. "-¿Que no vamos a tener posada? -repite la señora-. ¡Claro que sí la vamos a tener, hijito! ¿Por qué dices que no?". Contesta el niño redoblando sus gemidos: "-¡Es que leí el diario de mi hermana, y ahí dice que ya no es virgen!"... Concluido el pasional trance de amor dice consternado el joven novio: "-¡Perdóname, Rosibel! ¡No sé cómo pude cometer esta equivocación! ¡Ojalá que de esto no derive ninguna consecuencia!". "-¡No te apures, Minicio! -responde despreocupadamente la muchacha-. ¡Tu equivocación fue tan pequeña que seguramente nada pasará!"... FIN.