En la puerta del cine dice muy enojada la muchacha a su novio: "-No te hagas el inocente, Farabundo. Te escribí pidiéndote que me llevaras al GINECÓLOGO, no al CINE COLOSO”... Muy temprano suena el timbre de la puerta. El señor, que aquel día no había ido a trabajar, se levanta y ve en la puerta al lechero. "-¡Ah! -se alegra el lechero-. ¡Qué bueno que lo hallo en casa, señor! ¡A ver si usted sí me paga con dinero!”... Cuando la joven señora que por primera vez había dado a luz estuvo nuevamente en su cuarto del hospital, le dice el médico de la maternidad: "-Tuve que hacer que el niño naciera por cesárea, señora. Estaba en una posición muy difícil, todo retorcido, doblado, los brazos entre las piernas, encogido, con la cabeza por un lado, en fin, una postura muy incómoda”. La señora se vuelve a su marido y le dice: "-¿Ya ves, Gelasio? Te decía que en el Volkswagen no”... "-Anoche -cuenta un tipo a otro-, tuve un pleito con un individuo en el bar”. "-¿Ah sí? -pregunta el otro-. ¿Qué sucedió?”. "-Bueno -cuenta el tipo-. Estaba ese sujeto gritando y echando bravatas. Yo me paré y le dije que se callara. El tipo se levantó de la silla. Medía como 2 metros de alto”. "-¿Y qué hizo?” -pregunta el amigo-. "-Me desairó” -responde el tipo-. "-¿Cómo que te desairó? -se sorprende el otro-. ¿Quieres decir que no te hizo caso?”. "-No, -precisa el tipo-. Me dio un trancazo en el estómago y me sacó todo el aire”... En la recámara dice el señor aquel a su mujer: "-A ver qué pretexto me vas a sacar ahora Ludivina: los niños ya se durmieron, no te duele la cabeza y ya se acabó la novela... Decía la pobre señora a su amiga: "-La vida con mi marido me resulta insoportable. Sufro tanto que, fíjate, en dos meses he rebajado 12 kilos”. La amiga se queda pensando un momentito y luego dice tímidamente: "-¿Me lo prestas?”... Pepito oía a su hermano mayor hablando por teléfono: "-Anoche me llevé a Rosibel en el coche. Me dirigí a un lugar apartado e hice como que el automóvil se detenía. ‘-¡Chin! -le dije a Rosibel-. ¡Se me acabó la gasolina!’. Y luego me di una divertida con ella que para qué te cuento”. Al día siguiente Pepito sube a su vecinita Rosilí en su carrito. Se dirige a la parte de atrás de la casa y luego, deteniendo el carrito, le dice a la niñita: "-¡Chin! ‘ ¡Se me acabaron los pedales!”... "-¡Qué mal aspecto tienes, Scherazada!” -dice Zoraida a su amiga en Bagdad-. "-¡Sí, qué mal aspecto tienes! -se enoja Scherazada-. A ver, ¿cómo quedarías tú si esta noche 40 ladrones te dijeran ‘Abrete sésamo’?”... FIN.