La señora despierta con grandes gritos a su esposo: "¡Capronio, Capronio! ¡La casa se está quemando!". "Salgamos inmediatamente -dice el tipo apresurándose-. Y no grites, que vas a despertar a tu mamá"... Empédocles Etílez y Astatrasio Garrajarra, ebrios consuetudinarios, bebían en la cantina del barrio. Le dice Empédocles a su compañero: "Mi esposa cree que soy Dios". "No es posible" -contesta Garrajarra. "Te lo demostraré -lo reta Empédocles-. Vamos a mi casa". Llegan, y Empédocles entra tropezando con los muebles. Lo ve así su señora y exclama: "¡Dios mío, otra vez borracho!"... Una interesante estadística muestra que durante las Cruzadas se fabricaron 22 mil cinturones de castidad, y 256 mil llaves para abrirlos... Un padre de familia estaba limpiando la ventana del segundo piso cuando perdió pisada y se precipitó al vacío. Arrastrándose penosamente llegó hasta la puerta y tocó el timbre para pedir ayuda a su mujer. Abre el pequeño hijo del señor, lo ve ahí, sangrante y lacerado, y le pregunta: "¿Qué me trajiste?"... El empleado de la tienda estaba esperando a su jefe, que traía la llave para abrir. Una joven mujer mira el aparador y dice: "Bonitas cortinas. ¿A qué horas abren?". Responde el empleado mirando con salacidad a la atractiva dama: "Bonitas piernas. ¿A qué horas abren?"... Empresas de lucro, los partidos políticos se han vuelto lacra para México. Inmensamente ricos en un país de pobres, esos partidos han dado un golpe más a fin de mantener sus privilegios y defender su dominio de la vida pública. Se apoderaron del IFE, arrebatándolo a los ciudadanos y convirtiéndolo en instrumento de sus intereses. En los tiempos de la hegemonía priista padecíamos a un solo partido; ahora los sufrimos a todos. La verdad es que nadie confiará en un instituto electoral dominado por los partidos. Se dio al traste con un organismo que fortalecía la democracia, y que ahora servirá para hacer fuerte a la partidocracia. Ese grave retroceso propiciará manipuleos entre los partidos en perjuicio de la transparencia electoral. Los legisladores, no cabe duda, legislaron en este asunto pensando en el interés de los partidos, y no en el bien de la comunidad nacional. Suspendo en este punto el comentario, porque estoy muy encaboronado. Cuando me pongo así pierdo la sindéresis, y es muy feo eso de andar por la calle sin sindéresis. Cualquiera te puede señalar con el dedo y decir: "Mira: ése que va ahí no tiene sindéresis". Que otros, y no yo, sean los señalados... Decía una señora: "No sé por qué a mi esposo le gusta tanto ir a pescar truchas. Supongo que es la única oportunidad que tiene de oír que alguien le dice: "¡Caramba, sí que está grande!". (No le entendí)... Aquella chica estadounidense cruzó la frontera la noche del sábado para divertirse en una ciudad de México. Conoció ahí a un galán de muy buena presencia, y aceptó ir con él a un motelito de los de pago por evento. Empezaron las acciones, y el tipo se despojó de la camisa. En el pecho tenía tatuada la palabra NIKE. "Soy futbolista profesional -le explica a la muchacha-, y esa compañía me paga por hacer publicidad a sus productos". Luego se quitó el pantalón. En una pierna llevaba tatuada la palabra PUMA. "También tengo contrato con esa compañía" -dice el hombre. Finalmente se despojó de la última prenda. Allá donde les platiqué tenía tatuadas estas letras: AIDS. La chica se asusta. Dice muy alarmada: "Yo no estar con alguien que tiene aids". "Cálmate, linda -la tranquiliza el individuo-. Dentro de un minuto vas a leer ADIDAS". (Tampoco le entendí)... FIN.