Mucho trabajo me cuesta orientar a la República. ¿Acaso puedo entonces orientar a otra? Lo que ahora diré acerca de lo ocurrido en Venezuela no pretende influir en el futuro de esa nación hermana -lejos de mí tan temeraria idea-; es sólo una reflexión sobre los últimos acontecimientos que ahí se han registrado. La mayoría de los venezolanos dijeron "No" a la propuesta de reforma constitucional presentada por Hugo Chávez, reforma que habría puesto en sus manos, por tiempo indefinido, el poder absoluto. El dictador reconoció su vencimiento -otra cosa no podía hacer, a riesgo de mostrarse ya abiertamente como un sátrapa-, pero manifestó que insistirá en su demanda. A las andadas volverá, eso es seguro. Por eso la oposición debe fortalecerse, y trabajar con empeño entre el vasto sector de la ciudadanía que se mostró indeciso o que no acudió a las urnas. Eso hará Chávez, y no se le debe dejar el campo libre. A los jóvenes, a los estudiantes sobre todo, se debe principalmente este súbito florecimiento de la democracia en Venezuela. Ojalá no sea efímero ni pasajero, pues la participación de los ciudadanos , y su negativa a aceptar el aplastamiento de la voluntad comunitaria, son los únicos valladares capaces de contener al talante de déspota de Chávez. Con esta nueva mayoría puede nacer una nueva Venezuela, libre de la amenaza del caudillismo autoritario y practicante -otra vez- del ejercicio democrático. Buena lección es ésta para los aspirantes a dictadores criollos: ya no es tan fácil en América Latina implantar un poder autoritario, ni el populismo demagógico tiene el camino despejado. Lo cáido cáido -hablo en lenguaje popular de Cuba-, pero aun los países que creíamos abatidos ya por el poder dictatorial, como Venezuela, tienen arrestos para exigir la vuelta a la democracia y rechazar las intentonas de los tiranos de hoy. Acotación al margen: Chávez probó ser un mejor político que AMLO, pues a pesar del estrecho margen de votación con el que fue vencido admitió el triunfo de sus adversarios y no recurrió a la maniobra del "voto por voto, casilla por casilla". Los partidarios de la democracia, sin embargo, no deben cantar victoria. Esta derrota de Chávez, si no recuerdo mal, es la primera que sufre desde 1999. En ocho votaciones anteriores salió avante. La esperanza democrática de Venezuela -y en buena parte la esperanza también de América Latina- está ahora en los venezolanos que defienden la libertad, el orden jurídico y las instituciones, y que por eso mismo se niegan a someterse a Chávez, un dictador que quiere hacer de Venezuela lo mismo que Castro hizo de Cuba: su propiedad particular... Temo que la última frase haya hecho correr un estremecimiento por la espina vertebral de la América Hispana, desde El Moquetito, Tamaulipas, hasta la Patagonia. Aclaro que no fue ésa mi intención: ¿quién soy yo para andar haciendo correr estremecimientos por la espina vertebral de la América Hispana? En prueba de mi buena fe narraré un chascarrillo rápido y purpúreo con el cual espero calmar esa inquietud continental... En la oscuridad nocturna un hombre caminaba por el parque. Se le acercó una mujer y le dijo al oído: "Por 200 pesos hago de todo". El tipo jamás había tenido una experiencia con una dama de la noche, de modo que aceptó el trato. Fueron tras unos arbustos y ahí empezaron las acciones. De pronto un policía arrojó sobre ellos la luz de su linterna. "¿Qué hacen?" -les preguntó. Contesta el individuo: "Le estoy haciendo el amor a mi esposa". "Oh, perdone -se disculpa el gendarme-. No sabía que era su esposa". Replica el sujeto: "Yo tampoco, hasta que nos echó usted la luz de la linterna"... FIN.
