Ambientalistas, empresarios y académicos expresaron diferentes puntos de vista sobre los posibles peligros del uso de las pilas.
EL UNIVERSAL
México, DF.- El uso de las pilas o baterías se ha convertido en algo cotidiano. Todos los días se manejan en productos o equipos eléctricos para su funcionamiento.
En Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes, los mexicanos se ponen las pilas como en ninguna otra época y se dispara el consumo de una parte de las 600 millones de unidades que se venden al año en el país, únicamente de las llamadas baterías primarias, que tienen la forma de pequeños cilindros.
La publicidad las presenta como algo inofensivo que hace la vida más sencilla, posición respaldada por productores y algunos investigaciones, pero otros especialistas alertan sobre el peligro que representan por su impacto negativo al ambiente y a la salud de las personas.
En medio de esta polémica, todos coinciden que el riesgo mayor lo representan las pilas ?piratas? o que ingresan al país de contrabando, por la falta de controles de calidad, así como en la necesidad de que las autoridades fijen reglas claras sobre su comercialización e impacto ecológico.
Ambientalistas, empresarios y académicos expresaron diferentes puntos de vista sobre este tema, en entrevistas por separado.
Realidades o mitos
La organización Greenpeace estimó que anualmente se comercializan en México 600 millones de pilas, de las cuales un 40 por ciento es de pilas ?pirata? o de contrabando, lo que ?representa un problema serio? por su falta de control de calidad, indica el doctor Benjamín Ruiz Loyola, catedrático de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien formó parte de los expertos de la ONU que viajaron a Irak en 2003 para detectar armas de destrucción masiva y bactereológicas que nunca encontraron.
En tanto, Grenpeace alerta que las pilas en general contienen sustancias peligrosas y tóxicas y señala que el escurrimiento del contenido de una pila fabricada con mercurio puede contaminar 600 mil litros y una de zinc 167 mil litros. Como ejemplo, agrega, para contaminar los 6.5 millones de litros de agua de la alberca Olímpica de la UNAM se requieren solo 11 pilas de botón, de óxido de mercurio, o 40 alcalinas.
Esta organización ubica al mercurio como la sustancia más dañina, luego al cadmio, litio y plomo.
Marisa Jacott, coordinadora de campaña de tóxicos de Grenpeace en México, señala que ?las autoridades no hacen planes de manejo de los componentes tóxicos? y pugna porque fabricantes e importadores se hagan cargo de las pilas obsoletas y caducas, de su acopio y manejo o reciclaje.
Ruiz Loyola, echa por tierra estas afirmaciones que considera ?mitos que simplemente le meten miedo a la gente?. Asegura que, con base en estudios de la UNAM, los residuos de las pilas de marca no representan un riesgo para ser considerados peligrosos, ya que no contienen productos químicos ?altamente? tóxicos.
?Las antiguas pilas de níquel-cadmio han sido sustituidas y ahora utilizan níquel y duro metálico o níquel-metal, donde se ha buscado sustituir precisamente los materiales altamente tóxicos por los que no lo sean o no lo sean tanto?, pero reconoce que el riesgo está en las pilas ?pirata? y de contrabando.
?Las pilas de fabricación regulada utilizan un casco metálico que (en las piratas o de contrabando) es sustituido a veces por cartón o papel periódico comprimido, lo cual reduce enormemente los costos. Son pilas que se fabrican hasta en barcos y que pueden liberar su contenido con facilidad y entonces afectar a los aparatos que las utilizan y provocar ligeras quemaduras en los usuarios?, señaló.
Considera que el verdadero dilema es el volumen porque 600 millones de pilas al año ?son una cantidad enorme para estar en un basurero?, pues argumenta que hoy en día menos del .05 por ciento de las pilas que se consume en México al año contienen mercurio.
Debate sobre daños ambientales y a la salud
Sin embargo, existen otras voces que ven más allá de toneladas de basura, incluso al interior de la UNAM. Alberto Rojas Rueda, experto en peritaje y especialista en residuos por el Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental, comentó que para tratar los efectos a la salud humana y a los ecosistemas por contaminación de pilas se tiene que hablar necesariamente de las intoxicaciones por metales y el cáncer.
?El riesgo que representan es el de liberación de metales pesados, los cuales son muy difíciles de tratar. Al quemar los tiraderos a cielo abierto se liberan muchos compuestos volátiles como el mercurio y el cadmio a la atmósfera, con sus consecuentes repercusiones a la salud pública como posible cancerígeno, daños a los riñones, al cerebro, etcétera?, advirtió.
La reacción química que puede generar el contenido de una pila, dijo, ocasiona que sus materiales se infiltren en los suelos y contaminen el agua.
Rojas Rueda consideró que el problema que pueden representar las pilas desechadas sin un manejo adecuado es la liberación al ambiente de sus compuestos potencialmente tóxicos, como los metales pesados y algunos ácidos.
Para Daniel Basurto, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Pilas (Amexpilas), las baterías que hoy produce la industria formal son cien por ciento inofensivas.
?Hablando de pilas primarias, que son las alcalinas y de zinc carbón, comercializadas en nuestro país por la asociación (Duracell, Eveready, Energizer, Ray-o-Vac, Varta y Sony), son completamente seguras y no generan ningún tipo de riesgo o daño al ambiente o a la salud, en consecuencia, pueden ser dispuestas sin ningún riesgo a la basura normal doméstica en los desechos inorgánicos?, señaló.
De acuerdo con un estudio de la Amexpilas, la evolución del agregado de mercurio en pilas alcalinas desde 1997 es de 0 por ciento, cuando en 1980 representaba el 35 por ciento.
En días pasados se presentó un estudio elaborado por el Departamento de Ingeniería Metalúrgica y la Sección Química Experimental y Aplicada de la Facultad de Química de la UNAM a pilas alcalinas y de carbono distribuidas por Amexpilas, el cual concluyó que ?no causan ningún daño al medio ambiente?.
Sin embargo, Marisa Jacott de Greenpeace expuso que los cilindros analizados no son los únicos que se comercializan en México. ?En los hogares se manejan pilas de diferentes marcas de manera indistinta, sean legales o ?pirata??.
En busca de soluciones: pilas recargables
En medio de estas visiones polarizadas, los entrevistados coincidieron en señalar una serie de opciones para evitar los riesgos, como crear una cultura del consumidor para fomentar el uso de pilas recargables, el uso racional de las baterías y la utilización de la corriente eléctrica o la energía solar.
También señalaron la necesidad de que las autoridades regulen el mercado e impidan que ingresen al país las pilas del contrabando. ?En las actualidad no hay normas de calidad para las pilas?, dijo el investigador Ruiz Loyola.
En meses anteriores, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) federal, anunció que se elaboraría una norma oficial mexicana que permitirá clasificar las pilas, de acuerdo con contenidos de metal y estándares de calidad, como no peligrosas. Sin embargo, todavía no hay nada.
