EFE
VENECIA, ITALIA.- El director mexicano Jonás Cuarón, hijo del también cineasta Alfonso Cuarón, debuta en este 64 Festival de cine de Venecia con dos propuestas muy distintas: un innovador largometraje a base de fotos fijas y un corto de vocación combativa en favor de las ideas de la periodista Naomi Klein.
El largometraje, Año Uña, adapta al lenguaje cinematográfico el formato de fotonovela, al presentar una historia intimista en torno a una estadounidense que se establece una temporada en México y su relación con un joven de ese país.
La cinta se articula a través de fotografías, casi todas ellas en blanco y negro, tomadas por Cuarón con una cámara Nikon FM2.
Año Uña, que transcurre en México y Nueva York, está protagonizada por el actor mexicano Diego Cataño y la estadounidense Eireann Harper, también productora del filme y novia de Cuarón.
“El largo yo lo llevaba trabajando como los últimos tres años. Es un proyecto que hice de una manera muy casera, yo y mi novia lo hicimos todo. Para mí era importante hacer esto de manera que no dependiéramos de un gran presupuesto y de buscar una nueva manera de hacer cine”, explicó a Efe el director Jonás.
Al terminar el largo “surgió la idea de hacer el corto”, titulado The Shock Doctrine, programado fuera de competición en la Mostra y que “funciona como una pieza cinematográfica, pero su propósito principal es el de promover la idea de la periodista” Naomi Klein, autora del libro en el que se basa.
Cuando llegó la noticia de que Año Uña se exhibiría en la Mostra dentro de la sección paralela Semana de la Crítica “les planteé la idea de que Venecia sería un gran micrófono para promover la idea de Naomi”, agregó Jonás Cuarón (México, 1983).
“Más que promover el corto en sí, me motiva promover las ideas de Naomi Klein”, agregó sobre la autora del libro No Logo, definido por algunos críticos como la “biblia del movimiento antiglobalización”.
“En cuanto leí su nuevo libro, The Shock Doctrine, fue aterrador y dije, aquí tengo que ayudar. Su tesis al final del libro es que la única manera de resistir el estado de shock en el que vivimos es a través de la información. Sentí que el granito de arena que yo pudiera aportar iba a funcionar”, subrayó Cuarón.
El cortometraje ha unido por primera vez la carrera de Jonás Cuarón con la de su padre Alfonso, autor de películas como Y tu Mamá También y productor de The Shock Doctrine.
“Fue muy interesante. Yo tengo mi manera de hacer cine, él tiene la suya, y siempre es útil tener un par de ojos extra. En ‘Año uña’ yo tenía a Eireann, que cuando me atoraba me ayudaba. Y en este caso mi papá fue mucha ayuda”, recuerda Jonás Cuarón.
Pese a su militancia en favor de ese corto, Jonás Cuarón reconoce que siente más cariño por “Año uña”, un proyecto en el que invirtió tres años y que “es muy, muy personal”.
“Era una idea de mezclar muchos medios, pero rompiendo con ellos. Las fotonovelas tienen un narrador omnipresente que habla siempre en tiempo pasado. Para mí, era agarrar ese formato pero traerlo al arte dramático, en el cual la acción sucede en el presente”, recalcó.
Sobre la ayuda que le brindaron algunos de los nombres que figuran en los agradecimientos de la cinta, como los cineastas Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro -que con Alfonso Cuarón han sido bautizados en Hollywood como “los Tres Amigos”-, “ninguno de ellos supo del proyecto hasta que lo habíamos terminado”, dado lo “extraño” de la idea.
“Mi papá mismo, cuando le dije: ‘Te voy a enseñar mi película, está hecha con fotos fijas’, puso nada más una cara de ‘¡ay! ¿me vas a hacer ver otro experimento universitario?’”, recordó Cuarón entre risas.
Jonás Cuarón opina que “los Tres Amigos” son “un símbolo muy bonito del cine mexicano, el apoyo entre personas. Y tiene que ir más allá de ‘los Tres Amigos’”.
“Justo en este corto, lo que aprendí es que yo puedo aprender tanto de la generación de mi papá como él puede aprender de la mía.
Es un discurso simbiótico”, concluyó.