En México hay un 65 por ciento de mujeres obesas contra un 45 por ciento de hombres.
La obesidad es considerada la epidemia del siglo XXI, y en México este padecimiento se esta incrementando notablemente, especialmente en las mujeres.
En América Latina, el nivel de desnutrición es alto en hombres y mujeres, pero en México, la obesidad femenina, los males asociados con el trastorno y sus costos de atención, en especial en las zonas rurales, son una epidemia.
"La Secretaría de Salud gasta más en los obesos que en los desnutridos y el tamaño del problema es tal que para el año 2015, todo su presupuesto tendría que ser para solucionarlo", alerta el especialista en obesidad Rafael Alvarez Cordero, del Hospital Angeles.
Además, en el país hay un 65 por ciento de mujeres obesas contra un 45 por ciento de hombres, según cifras del experto, quien presidió el Congreso Latinoamericano IFSO de Cirugía de la Obesidad en Cancún la semana pasada, que contó con la asistencia de 411 cirujanos.
De acuerdo con datos recientes del INEGI, los problemas de sobrepeso y obesidad afectan a 44.4 por ciento de mujeres en edad fértil en regiones urbanas, mientras que el nivel de desnutrición de las féminas, de entre 12 a 49 años, en la misma zona, es de 2.1 por ciento.
A pesar de que los casos de anorexia, bulimia y ortorexia, enfermedades de nutrición asociadas con la mujer, han aumentado en los últimos años, la obesidad es un mal femenino milenario, en la actualidad poco difundido, pero común en América Latina y Estados Unidos.
"Ya sabemos que la mortalidad por obesidad (que causa infartos al miocardio) no es un problema exclusivo de los hombres, y, aunque ahora se hable mucho sobre anorexia y bulimia en las mujeres, la incidencia de estas enfermedades es reducida", acota el especialista.
Y es que "no hay comparación" entre el número de mujeres obesas con el de desnutridas, anoréxicas o bulímicas, insiste el cirujano que organizó el simposio en Quintana Roo con cursos sobre el manejo nutricional y psicológico, así como técnicas quirúrgicas de la obesidad.
En efecto, lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud. La obesidad es la epidemia del siglo XXI; tiene graves consecuencias patológicas, como diabetes, riesgos cardiovasculares e infartos, y está implicada en los trastornos del comportamiento alimentario.
El problema, al parecer, cuando no es hormonal, es producto de la falta de formación alimentaria que reciben las niñas en el hogar y la escuela, asignatura pendiente tanto en América Latina como en Estados Unidos y España.
Y es que la obesidad es una enfermedad multidisciplinaria donde deben intervenir psiquiatras, psicólogos, especialistas en nutrición, terapeutas ocupacionales, expertos en ejercicio físico adaptado y médicos de Atención Primaria.
Además, para combatirla de manera integral, es esencial la colaboración de ginecólogos, traumatólogos, enfermeras y diversos especialistas que a distintos niveles, y en distintos momentos, se implican en los tratamientos.