El paso del tifón Wipha por China afectó a comercios y viviendas tras ocasionar inundaciones en varios zonas del país. (AP)
El tifón Wipha, que ya ha perdido intensidad hasta convertirse en tormenta tropical, con vientos de unos 72 kilómetros por hora en su centro, dejó ayer a su paso por el este de China cinco muertos y tres desaparecidos, según el Ministerio de Asuntos Civiles, informó la agencia Xinhua.
Estas muertes producto de corrimientos de tierra y al desmoronamiento de una casa cerca de Wenzhou, en la provincia de Zhejiang, donde el tifón tocó tierra azotando la zona con vientos que alcanzaban entonces alrededor de 180 kilómetros por hora en su núcleo.
Según las cifras más recientes, el tifón ha destruido más de 9 mil 600 casas, ha dañado otras 42 mil y ha provocado pérdidas económicas directas por valor de 6 mil 620 millones de yuanes (unos 630 mil euros, 880 mil dólares).
Dos millones sesenta y siete mil personas fueron evacuadas en las provincias de Zhejiang, Fujian y Jiangsu, así como en la municipalidad de Shanghai.
La tormenta tropical está afectando en estos momentos al norte de la municipalidad de Shanghai y a la provincia oriental de Jiangsu y se mueve hacia el noroeste a una velocidad de unos 20 kilómetros por hora, mientras en el centro de la metrópoli shanghainesa continúa lloviendo, aunque sin la intensidad de horas atrás.
La vecina provincia costera de Shandong, situada al norte de Jiangsu, ya se encuentra en estado de alerta y se ha llamado a los muelles a todos los barcos de sus dos principales puertos, Qingdao y Yantai.
Se espera que en breve Wipha alcance el río Amarillo según confirmó la Administración Meteorológica de China, aunque no dio más detalles sobre su posible evolución posterior.
Padece África las peores inundaciones
Lluvias torrenciales en África han inundado localidades enteras, derrumbado puentes, destruido granjas y colegios. Millones de personas en al menos 17 países del continente han quedado afectadas por las lluvias que caen desde hace meses, informó la Organización de las Naciones Unidas.
Al menos 200 personas han perecido y cientos de miles han quedado desplazadas. Uganda ha sido uno de los países más afectados, con docenas de trabajadores humanitarios buscando la manera de llegar a zonas incomunicadas en medio de alertas de brotes de enfermedades.
“Nuestra atención inmediata es la comida, luego el alojamiento”, dijo la directora del programa de Alimentación Mundial para Uganda, Tesema Negash.
En el occidente de Uganda, se ha reportado la muerte de nueve personas y el desplazamiento de 150 mil desde principios de agosto. Otras 300 mil personas, en su mayoría campesinos, han perdido sus negocios, bien sea por los daños a sus tierras o el daño a la infraestructura.
Otro país muy afectado es Somalia, que además se enfrenta a una violenta guerra y a un interminable ciclo de sequías e inundaciones.
El ministro del Interior somalí Mohamed Mohamud Guled dijo esta semana que el sur de Somalia se enfrentaba a una “catástrofe humanitaria” porque los ríos se estaban desbordando, inundando granjas y destruyendo cultivos. Los ríos comenzaron a subir sus niveles a finales de agosto en Etiopía, dijo Guled.
La otra zona del continente, en el occidente, por la región de Ghana también han caído fuertes tormentas. Tres regiones en el norte, las de mayor producción de alimentos, han sido declaradas zona de desastre, luego que quedaran inundadas varias localidades.
Las lluvias torrenciales entre julio y agosto mataron al menos a 32 personas y desplazaron a 250 mil, dijo la ONU.