No todos los albañiles celebraron el Día de la Santa Cruz.
Muchos albañiles festejaron su día con mucha comida y ‘cheves’.
EL SIGLO DE TORREÓN
CD. LERDO, DGO.- De jolgorio se llenaron obras negras y constructoras este tres de mayo donde los albañiles cambiaron al medio día la cuchara grande por mesas improvisadas repletas de carne, chicharrones, salsa y tortillas. En este Día de la Santa Cruz el símbolo fue colocado en la parte alta de las construcciones con material de desecho. Ante el olvido o apatía de sus patrones algunos otros festejaron por su cuenta, en cualquier caso como si fuera “día de raya”, no faltaron las cervezas.
La jornada inició como en una mañana de tantas. La piel renegrida por el sol, el sudor empapando los pañuelos bajo cachuchas de letras despintadas y repletas de polvo resaltaban en las obras. El trabajo era el mismo que hacen desde hace varias semanas. Sin embargo sólo una vez al año les festejan y si no, ellos mismos lo hacen.
“Es un trabajo de toda la vida para el que se necesita colmillo porque no cualquiera sabe, lo aprecia uno mucho porque de aquí come la familia y sí, es el más pesado, con todo y eso a uno siempre le regatean pero así es”, dice Macedonio Dorado Simental, de 59 años de edad, a quien se le ha ido la vida, exactamente 38 años, construyendo los sueños de alguien más. En esta ocasión pasa más de diez horas entre cemento y block ocupándose de la barda que rodeará a casas de interés social.
Macedonio es uno de los aproximadamente 30 trabajadores de la construcción que celebraron en un local de Quintas Lerdo donde la empresa Giasa -para la cual trabajan- organizó una comida, básicamente con la finalidad de fomentar la convivencia y conmemorar la fecha.
Sin embargo no en todos los casos hubo festejo y lidiaron con una “cruz de olvido”, dice Martín García Nájera, quien asegura que la empresa para la cual trabaja y la cual se omite por obvias razones, evadió a toda costa el tema de una celebración asegurando no contar con recursos para una comida. “Ni modo, ahí será pa’ la otra, de todos modos yo creo que a la salida de perdido nos compramos unas ‘cheves’ para desquitar el agüite”.
Esta situación se repitió para los trabajadores que se encargan de la construcción del teatro de la ciudad, en la calle Allende. “Nos dijeron que a lo mejor el sábado, a veces son los ‘inges’ los que se juntan y ya, a nosotros, pues mínimo que nos dejen salir temprano, en la mañana hubo quien nos gritó ‘on ta la Cruz’, porque ya ni pusimos”, dijo Gerardo Ramírez, de 23 años de edad. No obstante la mayoría se enteró de los festejos que otros de sus compañeros harían y prácticamente se invitaron.
