Amnistía Internacional acusa a Estados Unidos de tratar el mundo como “un campo de batalla gigante” de su “guerra contra el terrorismo”. (EFE)
Señalan que gobiernos y grupos armados buscan ‘erosionar los derechos humanos’ y crear un mundo más peligroso.
Los gobiernos poderosos y los grupos armados están fomentando “deliberadamente” el miedo “para erosionar los derechos humanos” y crear un mundo “cada vez más peligroso” y tan polarizado como en los peores tiempos de la guerra fría, denunció ayer Amnistía Internacional (AI) en Londres.
“La política del miedo está generando una espiral de violaciones de los derechos humanos en la que ya nadie está a salvo”, afirmó ayer la secretaria general de AI, Irene Khan, al presentar el informe anual de la organización, que repasa la situación de los derechos humanos en 153 países en 2006.
Khan aprovechó su comparecencia en la capital británica para hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que “apoye y trabaje” con el Gobierno de Beirut en tratar de buscar “rápidamente” una solución a la actual espiral de violencia desatada en el Líbano.
“Existe el riesgo” que los combates entre el Ejército libanés y el grupo radical suní Fatah al Islam en el campo de refugiados de Nahar al Bared se extiendan a otros campos, añadió Khan, para quien si no se actúa rápidamente, la situación “podría derivar en violaciones masivas de los derechos humanos”.
En su presentación, Khan acusó a EU de tratar el mundo como “un campo de batalla gigante” de su “guerra contra el terrorismo”.
“Nada ilustra mejor la globalización de las violaciones de los derechos humanos que la ‘guerra contra el terror’ encabezada por EU y el programa estadounidense de ‘entregas extraordinarias’, en el que están implicados gobiernos de países tan distantes como Italia y Pakistán, Alemania y Kenia”, manifestó.
Tanto la guerra de Irak como la guerra contra el terrorismo han creado profundas divisiones en la comunidad internacional que dificultan aún más la resolución de conflictos y la protección de la población civil, continuó.
Así, la comunidad internacional se ha visto demasiado a menudo “impotente” o no ha mostrado la suficiente voluntad para hacer frente a las grandes crisis de los derechos humanos en 2006, tanto en conflictos olvidados como Chechenia o Colombia, como en los más destacados, como Oriente Medio.
Khan criticó cómo la ONU tardó semanas en reunir la voluntad suficiente para pedir un alto el fuego en el conflicto del Líbano del año pasado, en el que murieron aproximadamente mil 200 personas.
“Dafur es una herida sangrante en la conciencia mundial”, añadió Khan, que consideró que el Gobierno de Sudán “está jugando con la ONU” mientras 200 mil personas han muerto y más de dos millones han sido desplazados por el conflicto.
A juicio de Khan, si EU ha fracasado en movilizar a los países vecinos de Sudán en la búsqueda de una solución al conflicto de Dafur es porque existe una gran desconfianza sobre las intenciones de Washington en todo el mundo debido a sus políticas de seguridad.
Y Europa, mientras tanto, no resulta “muy a menudo” efectiva porque tiende a situarse detrás de EU y por sus dobles estándares en cuanto a la protección de los derechos humanos en el extranjero y en sus propias fronteras.
Los grupos armados se aprovechan de esa inestabilidad que se extiende desde Pakistán hasta el Cuerno de África para perpetrar violaciones masivas del derecho internacional humanitario.
CORRUPCIÓN Y VIOLENCIA
En Afganistán, denuncia AI, la comunidad internacional y el Gobierno de Kabul dejaron a la población “sumida en una corrupción y una inseguridad crónicas y a merced de unos renacidos talibanes”.
En Irak, las Fuerzas de Seguridad incitaron a la “violencia sectaria” en lugar de reprimirla y continuaron las peores prácticas del régimen de Saddam Hussein, como la tortura, las penas de muerte o los juicios injustos.
Y la clase política, mientras tanto, “jugó con el miedo a la inmigración incontrolada para justificar la aplicación de medidas más estrictas” contra los demandantes de asilo y refugiados en Europa occidental, continuó Khan.
AI denuncia como en 2006 se ahondó la brecha entre musulmanes y no-musulmanes en los países occidentales debido a las políticas antiterroristas discriminatorias, la libertad de expresión fue suprimida de diversas formas y decenas de miles de mujeres y niñas fueron víctimas de agresiones sexuales y trata de blancas.
Pese al panorama desolador reflejado en el informe, Khan destacó algunos “signos para la esperanza”: el impulso dado por las instituciones europeas en favor de la transparencia y la rendición de cuentas sobre “las entregas extraordinarias” practicadas por la CIA y que la ONU acordase, gracias a la presión social, elaborar un tratado para controlar las armas convencionales.
La secretaria general de AI también confió en que el nuevo Congreso de EU pueda tomar “las riendas” para restaurar el respeto de los derechos humanos tanto en su país como en el extranjero.