Señala la ONU que el mercado de la aldea fue saqueado y la mayoría de los habitantes huyó tras un ataque contra las Fuerzas de Paz.
Un poblado en Dafur fue destruido en venganza por un ataque contra Fuerzas de Paz de la Unión Africana, informó ayer la misión de la ONU.
El poblado Haskanita, “que se encuentra actualmente bajo poder de las Fuerzas del Gobierno, fue totalmente reducido a cenizas a excepción de unos cuantos edificios”, dijo la misión de la ONU en Sudán en un comunicado.
La Organización de las Naciones Unidas no especificó quién le prendió fuego al poblado, pero dice que Fuerzas sudanesas se apoderaron del área la semana pasada, luego que rebeldes de Dafur atacaron la base de la Unión Africana, matando a 10 efectivos de la Fuerzas de Paz.
Fuentes de la ONU dijeron que la destrucción de la aldea comenzó el miércoles, pero no pudieron confirmarlo sino hasta ayer.
El mercado de la aldea fue saqueado y la mayoría de los habitantes había huido después del ataque contra las Fuerzas de Paz, añadió la ONU.
Un funcionario de la ONU que había inspeccionado la población del norte de Dafur dijo que más de 15 mil civiles habían huido del área.
El informante, que pidió mantener su nombre en el anonimato por la naturaleza delicada del asunto, expresó que la población fue destruida por el Ejército sudanés y sus milicias aliadas yanyauid.
Un periodista vio intacta a Haskanita la semana pasada, en momentos que el Ejército asumía el control tras el presunto ataque rebelde.
No quedaba claro si hubo muertos o heridos con la destrucción del poblado.
Numerosos observadores internacionales, incluyendo trabajadores de ayuda humanitaria y funcionarios de la ONU, pusieron en duda las aseveraciones de los jefes rebeldes locales de que cerca de 100 civiles murieron con la destrucción de Haskanita.
El Ejército de Sudán no efectuó declaraciones de manera inmediata. La Unión Africana dijo que no podía realizar comentarios porque había evacuado el área de los alrededores de Haskanita el domingo antepasado.
El ataque contra el campamento de los soldados de paz fue el más sangriento contra la misión de la UA y puso en peligro las negociaciones de paz entre el Gobierno de Sudán y los rebeldes previstas para este mes en Trípoli, Libia.
Los soldados sudaneses tomaron el control del campamento poco después del ataque. Las Fuerzas del Gobierno y sus milicias aliadas árabes yanyauid han sido acusadas de incendiar poblados de la etnia africana como parte de su campaña contrainsurgente.
HALLAN A SOLDADOS
El Ejército sudanés anunció ayer que han sido encontrados con vida los 50 soldados de las fuerzas de pacificación de la Unión Africana (UA) que desaparecieron durante un ataque contra un cuartel de esta organización en Dafur, el pasado septiembre.
Según un comunicado militar, el hallazgo de los soldados, sobre el que no se ofrecen detalles, se llevó a cabo durante una serie de operaciones en las que han sido detenidos varios sospechosos relacionados con el ataque.
Durante esa campaña de seguridad se han recuperado 18 vehículos de la misión africana así como numeroso material, añade el texto.
Una decena de efectivos de la Misión de la Unión Africana en Sudán (AMIS) fueron asesinados durante un ataque el 29 de septiembre en la localidad de Haskanita, cometido supuestamente por un grupo rebelde.
Según la nota, emitida por la oficina del portavoz del Ejército sudanés, las fuerzas de seguridad se han incautado de numeroso armamento.
JERUSALÉN
‘Allí nos maltrataban, era otro tipo de infierno’
Con lo puesto, cargados sólo de recuerdos y duras experiencias, llegan, agotados, a territorio israelí. Son los refugiados de Sudán que desde abril de 2004 se infiltran paulatinamente, cruzando la frontera con Egipto, buscando una nueva vida.
Vienen de un país en guerra, del que muchos de ellos huyeron en circunstancias trágicas, con familias desgarradas y allí, esperan volver a empezar.
El primer país al que entraron al huir del suyo, fue Egipto, vecino de Sudán. “Allí nos golpeaban, nos maltrataban, era otro tipo de infierno”, cuenta Ismail, un joven de 24 años que pide no ser fotografiado por temor a represalias contra su familia que se quedó en Sudán.
Adam Abdallah (42 años) de Dafur había estado expuesto a comentarios negativos sobre Israel. Pero la realidad que vio, fue otra. “Al llegar aquí, las primeras palabras que oí, del soldado israelí al que vi en la frontera, fue que ahora estoy en paz”, cuenta.
“Me dio agua, comida y me llevó a una clínica para que me curen las numerosas heridas que me había hecho cruzando el alambre de la frontera”.
Hace varios años, las milicias árabes que operan por mandato y con financiación -según cuenta- del Gobierno central de Khartoum, irrumpieron a su pueblo en Dafur, secuestraron a numerosos niños que jamás volvieron y mataron a mucha gente. “También a mi madre, el ser al que más quería en el mundo”, relata. Muestra una evidente cicatriz en la mejilla y agrega: “Traté infructuosamente de salvarla”.
Pero allí no terminó su sufrimiento. Sus nueve hijos de sus dos primeras esposas, quedaron en Sudán y él no sabe siquiera qué destino tuvieron. Y al intentar cruzar la frontera desde Egipto, los soldados capturaron a su esposa y se la llevaron”. A través de la ONU logré hablar con ella. La torturaron en prisión, perdió el bebé, nuestro primer hijo, que estaba esperando y ahora está enferma. No sé cuándo la volveré a ver”.
A pesar de ello, cuando cuenta su historia en la sala de maestros del liceo de Beer Tuvia, en el sur de Israel, donde acaba de empezar a trabajar como profesor de inglés, sonríe. “Aquí todos me tratan de ayudar, me apoyan. Y creo que sí tengo una nueva vida en Israel, el futuro será mejor”.
Adam puede que se cuente entre los afortunados con una solución ordenada, por ser de Dafur. Debido a que el genocidio que sufre la población del lugar es un hecho reconocido internacionalmente, Israel ha decidido oficialmente dar residencia permanente y luego, si desean, ciudadanía a los refugiados de Dafur.
