El pleito entre el gobernador de Coahuila Humberto Moreira y el alcalde de Torreón José Ángel Pérez continúa, teniendo como principal característica la incontinencia verbal del Gobernador y la falta de claridad en los planteamientos del Alcalde.
Ante tal situación resulta curiosa la advertencia que hace el profesor Moreira, respecto a que en lo sucesivo ambos niveles de Gobierno se comunicarán por medio de lo que él denomina de manera despectiva “cartitas” y que no implica otra cosa que la pertinente suscripción por escrito, de los acuerdos y comunicaciones oficiales entre los funcionarios involucrados.
Ante tal expresión de burla, el ciudadano medio se pregunta en qué forma ha sido hasta hoy la comunicación entre ambos (alcalde y gobernador) mas allá de las campañas publicitarias que durante algún tiempo los mantuvieron juntos en los anuncios espectaculares.
El llamar a las comunicaciones oficiales “cartitas”, no es sólo una falta de respeto del Gobernador a su propia investidura sino que mueve a pensar que la informalidad y ligereza en la relación entre ambos funcionarios, ha sido la causa del conflicto en que han desembocado. Para explicarnos el actual sainete, imaginemos que los acuerdos que tomen no consten por escrito y se dejen en todo o en parte a la memoria y libre interpretación no sólo del Gobernador o del Alcalde sino de sus respectivos múltiples colaboradores.
Es fácil concluir que de lo expuesto derivan las desavenencias y desmentidos de una y otra parte en las que ambos protagonistas se acusan de faltar a los acuerdos previos, que por lo visto han sido tomados de palabra fuera de toda formalidad escrita y por ello se ve hasta ahora la necesidad de firmar “cartitas”.
Lo anterior no quiere decir que la relación entre personajes públicos por necesidad deba estar desprovista de calidez y cercanía personal e incluso de amistad, pero en todo caso, debe imperar la formalidad porque no se trata de asuntos particulares que les sean propios, sino de asuntos de la cosa pública.
La expresión del Gobernador desprecia la importancia de asumir los compromisos por escrito en comunicaciones cruzadas entre diversos órdenes de gobierno y entre gobernantes y gobernados, lo que en términos de evolución histórica dio origen al Derecho Cartulario (contenido en cartas), que marca la transición de la Edad Medida a la Edad Moderna y culmina con el Derecho Constitucional contemporáneo.
En las tiranías no es necesario ese intercambio en el que se generan los compromisos recíprocos referidos y se plasman por escrito, porque la voluntad del sátrapa es la única fuente de autoridad con exclusión de cualquiera otra fuente.
La expresión culminante del Derecho Cartulario europeo la encontramos en la llamada Carta Magna firmada por el Rey Juan Sin Tierra y los hombres libres de Inglaterra en el año de 1215. Este documento contiene el reconocimiento del Monarca a los derechos fundamentales de sus gobernados (libertad, legalidad, seguridad jurídica, etcétera), cuya versión original es la base de algunas de las Garantías Individuales asumidas por nuestra Constitución casi textualmente, por lo que a eso se debe que designemos a nuestro máximo código político como Carta Magna.
Por lo que hace al alcalde José Ángel, la ambigüedad de sus planteamientos enturbia su comunicación tanto con el Gobernador como con la propia ciudadanía. Sus declaraciones resultan obscuras y a estas alturas muchos se preguntan si la Controversia Constitucional promovida respecto a la Secretaría de Desarrollo Regional en funciones de vicegubernatura continúa o el Municipio ya desistió de ella en todo o en parte, en virtud de determinados acuerdos que se supone haya tenido el Alcalde con Gobierno del Estado sobre el particular.
Los ciudadanos de Torreón y de Coahuila esperamos de nuestras autoridades de los tres niveles de Gobierno, un esfuerzo de coordinación para servicio de la comunidad, que fortalezca nuestro sistema político y dignifique nuestra vida pública.
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