El Siglo de Durango
El Municipio pagó 40 mil pesos a dos obrajeros propietarios de hornos para quemar tabique, una vez que convino que éstos fueran derribados; esta acción provocó que seis trabajadores se quedaran sin empleo, situación que se repitió ayer en ocho ladrilleras más.
Ayer los propietarios de los obradores, que ya tenían 30 años fabricando ladrillo, recibieron dos cheques de Banorte, cada uno por 20 mil pesos. José Martín y José Luis Galindo Pérez, de 44 y 45 años de edad, respectivamente, fueron los beneficiados, ambos con problemas en los huesos, motivo por el que decidieron dejar a un lado esta actividad que les ha causado algunas deformaciones.
Al ser cuestionados sobre qué es a lo que se van a dedicar, dijeron que lo ignoran. “Pues no sabemos, primero que nos den el dinero y bueno... ya veremos cómo le hacemos para vivir”, dijo José Martín Galindo Pérez.
De los dos obradores que fueron derribados ayer dependían por lo menos seis trabajadores más, quienes dijeron que tampoco saben a qué se van a dedicar, puesto que simplemente les tocó el “Dios los ayude”. Cabe mencionar que básicamente todos estos trabajadores tienen familia y uno de ellos padece ataques epilépticos y con esto mantenía su medicamento.
El derribe que hicieron ayer de los otros ocho obradores fue en la misma colonia y de cada uno dependen entre dos y tres trabajadores que están en las mismas circunstancias.
Por su parte, Adolfo Sánchez Nevárez, coordinador de Inspección Municipal, informó que el derribe de estas ladrilleras en su primera parte obedece al convenio que se hizo con los trabajadores, debido a que varios de ellos son ancianos y otros discapacitados o tienen problemas de salud.
Añadió que con el derribe de las diez ladrilleras que se hizo ayer apenas es un 10 por ciento de los obradores que se encuentran en la mancha urbana.
