No sólo las escuelas privadas tienen programas de intercambio académico en alguna institución de Estados Unidos o Canadá.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Las posibilidades de que un joven universitario tenga un intercambio académico en alguna institución de Estados Unidos o Canadá son reales. Muchos lo desean, pero pocos creen que puedan hacerlo.
En la realidad, falta que los alumnos se informen, pues no sólo las escuelas privadas tienen programas al respecto, también las públicas como la Autónoma Metropolitana, la Universidad de Guadalajara o la de Sonora, que son tres de las 63 instituciones que forman parte del Consorcio para la Colaboración en la Educación Superior en América del Norte (Conahec).
Francisco Marmolejo, director ejecutivo de esa institución con sede en la Universidad de Arizona, resalta que tan sólo en el Programa de Movilidad de Estudiantes de América del Norte, entre 1995 a la fecha, han participado más de tres mil estudiantes de los tres países y se han creado unas 50 asociaciones con ofrecimiento de 550 becas.
Entrevistado durante una visita de trabajo que realiza a México, Marmolejo informó que la semana pasada el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Gobierno de Estados Unidos emitieron una convocatoria para que universidades de ambos países presenten proyectos para desarrollar vínculos de colaboración interinstitucional y den apoyo financiero a estudiantes para que puedan estudiar fuera de su lugar de origen.
Paralelamente, mencionó que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y sus contrapartes de Estados Unidos y Canadá dieron a conocer otra convocatoria para crear consorcios entre las tres naciones en siete universidades para la movilidad de alumnos.
Lo que hace el Conahec, precisó, es buscar y fortalecer el intercambio estudiantil y docente a través de un constante diálogo y discusión de temas relevantes, y del desarrollo de programas académicos interinstitucionales.
Esto, también con esfuerzos de colaboración con el sector empresarial para la realización de proyectos conjuntos de investigación.
?Conahec estimula la interacción directa de las instituciones de educación superior en México, Estados Unidos y Canadá, además de promover los intereses comunes de la comunidad de América del Norte?.
El panorama nacional
Marmolejo destaca que, no obstante que el acceso de jóvenes mexicanos a la educación superior es insuficiente, las instituciones de este nivel le han dado movilidad a los estudiantes, lo cual es una muestra que ese sector atraviesa por una transición importante iniciada en los últimos años.
Es notorio, continuó, que el sistema ha ido avanzando muy significativamente, como lo es, por ejemplo, en la calidad, acreditación, pero aún se requiere de mayor trabajo para insertarse en la sociedad del conocimiento y que el país tenga un papel protagónico, con personas que hagan frente al escenario internacional y nacional ferozmente competitivo.
Se requieren, enfatizó, más profesionales con la debida preparación, para lo cual se necesita, por ejemplo, mayor flexibilidad de las universidades para ofrecer programas educativos más acordes con la realidad internacional actual.
Universidades
virtuales
Otra de las alternativas es la educación a distancia, que es el nuevo tipo de formación de la sociedad del conocimiento: una modalidad sin fronteras, fraccionada, donde en un lugar se encuentran los maestros y en otro los alumnos con la incorporación de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Así es como Claudio Rama, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la educación superior en América Latina y el Caribe, describió a las escuelas virtuales en el decimoquinto encuentro de educación a distancia. De acuerdo con Rama, lo que más se ve en Latinoamérica son modelos híbridos, es decir, aquellos presenciales que incorporan las TIC.
Manuel Moreno, rector del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara (UdeG), asegura que los programas académicos en línea iniciaron con el correo electrónico y el Internet.
Destaca que en México empezaron desde los noventa, aunque para un segmento privilegiado de la población, lo que cambió con ayuda de los cibercafés, la reducción en costos de los equipos, algunos programas gubernamentales como los centros comunitarios digitales y el sistema e-México.
?Ha aumentado el acceso, los programas educativos en línea son más comunes, pero de todas formas limitados. Más de ochenta por ciento de las familias mexicanas no tiene acceso a Internet, aunque sus hijos sí por la escuela y los cafés Internet?.
Destaca que ya no hay diferencias significativas entre escuelas públicas y privadas; actualmente todas las privadas tienen acceso a Internet, mientras que las públicas por lo menos cuentan con una computadora por cada diez o quince alumnos.
La UdeG tiene siete licenciaturas y un bachillerato en formato mixto (presencial y en línea) con cerca de 12 mil estudiantes. Esta universidad tiene totalmente en línea a alumnos de 20 estados de la República Mexicana y 400 comunidades, que suman mil 937 estudiantes en cuatro licenciaturas: Bibliotecología, Gestión Cultural, Tecnologías e Información y Educación (extraescolar y en ambientes virtuales), además de la Maestría en Tecnologías para el Aprendizaje.
Moreno, quien también es profesor presencial y online de Historia de la Educación en la UdeG, no cree que los cursos en línea provoquen una ?despersonalización? del sistema educativo.
?Como profesor conozco mejor a mis estudiantes en línea porque lo primero que hago al levantarme y antes de dormir es revisar sus tareas, los foros y aclarar sus dudas; por lo menos dos veces al día estoy en contacto con mis estudiantes; en cambio en el curso presencial solamente a la hora de la clase?.
El académico aclara que no todas las carreras pueden ser totalmente virtuales, como Química, Física y Medicina.
?Pero también hay prácticas virtuales y acceso remoto a laboratorios reales donde a través de la robótica pueden estar a distancia haciendo experimentos?.
