Adrián Vázquez González obtuvo el tercer lugar estatal en el concurso El niño y la mar.
Torreón, Coah.- Además de ser un alumno de diez, Adrián Vázquez González sabe pintar muy bien, por eso la Secretaría de Marina-Armada de México le otorgó el tercer lugar estatal en el concurso El Niño y la Mar. En su dibujo “Ilusión” imagina el océano libre de contaminación y como un lugar donde se puede pasar momentos inolvidables.
Vivir en el desierto no fue un impedimento para que Adrián dibujara durante una semana, cómo le gustaría que estuviera el mar. Sólo le bastaba cerrar los ojos y recordar los dos viajes que hizo a Mazatlán, para que los colores y las formas fluyeran.
Y aunque tiene claro que no le gustaría ser pintor porque de grande quiere ser abogado, no es la primera vez que recibe un premio por sus dibujos, pues este mismo año la Secretaría de Educación y Cultura le entregó un reconocimiento por obtener el tercer lugar en el certamen “El arte y las tradiciones de mi región”.
De acuerdo a la Secretaría de Marina-Armada de México, en la XXX edición del concurso nacional de pintura infantil El Niño y la Mar, participaron un millón 411 mil 591 niños de seis a doce años de edad; en cada estado de la República y en el Distrito Federal se eligieron un primero, segundo y tercer lugar.
Adrián Vázquez González es alumno del primer grado de secundaria del Instituto Mano Amiga, “de más niño, mi hermana Ruth me hacía los dibujos pero luego le dije que me enseñara. Mis compañeros no querían participar porque me decían ‘ni modo que vayamos a ganar entre millones’ pero yo les dije que sí se podía y así fue”.
Alfonso Vázquez y Olga González, padres de Adrián, están orgullosos de los logros de su hijo, a quien describen como un niño estudioso, trabajador y noble. Sobre su dibujo, el ganador comenta: “lo que quise transmitir es que es importante conservar el mar libre de contaminación”.
“Me da alegría ganar porque a pesar de que Torreón es desierto, me gusta mucho el mar” y comenta que como premio, la Secretaría de Marina le entregó un diploma, un regalo sorpresa, material didáctico y literario.
“Ojalá que todos los niños intentaran participar en concursos nacionales. A mi no me gusta pensar que no se puede. Para mí es un orgullo y un recuerdo para toda la vida haber participado porque se demuestra una educación y responsabilidad del medio ambiente, y el mar nos permite disfrutar de todos nuestros sentidos”.