La OIT destacó que en una década uno de cada tres integrantes de la población juvenil mundial de 1.1 mil millones de personas, entre 15 y 24 años, buscará trabajo sin éxito. (El Universal)
MÉXICO, D.F.- La incapacidad de las economías para crear empleos bien remunerados y productivos a pesar del incremento en el crecimiento económico, golpea con fuerza a los jóvenes del mundo, se subraya en un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Al respecto la Secretaría mexicana del ramo, destaca que en el país el sector está muy castigado por la desocupación.
“De hecho, además de generar un déficit de oportunidades de trabajo y altos niveles de incertidumbre económica, esta preocupante tendencia en el número de personas desempleadas entre los 15 y 24 años de edad, amenaza con dañar las perspectivas económicas de uno de nuestros principales recursos, nuestras mujeres y hombres jóvenes”, sostiene la OIT.
En México, información de la Secretaría del Trabajo precisa que dentro del promedio de 3.6 por ciento de la tasa de desocupación, los jóvenes son los más castigados, pues registran 6.8 por ciento. En tanto que dentro del sector femenil, es 4.7, lo cual no deja de considerarse que también “se llevan una mala parte de esta historia”.
Lo que sucede, dice la Secretaría del Trabajo, es que mientras se demandan nuevos puestos de trabajo en la economía formal, esto presiona a la alza en la demanda por el empleo y con ello, la tasa de desocupación.
En este marco, la OIT destaca en su informe denominado “El desempleo juvenil aumenta en todo el mundo. Millones de jóvenes tienen trabajo pero viven en la pobreza” el hecho de que ese fenómeno va creciendo y muchos de los que consiguen ocuparse lo hacen por un salario muy bajo.
Tal es el caso de Sandra Angélica Rodríguez Ramírez, de 21 años de edad; estudió Ciencias de la Comunicación, y al no poder encontrar empleo en su área recientemente tuvo que entrar de hostes en un restaurante, con un salario que no le alcanza más que para comprarse algo de ropa y tiene que continuar viviendo con sus padres para poder subsistir con la ayuda de ellos.
Sandra, quien estudió en tres años y medio la carrera y terminó hace unas semanas con 9.7 de promedio, comenta que desde que inició el año ha buscado empleo en varias compañías y se ha inscrito a bolsas de trabajo, en su escuela y por Internet, pero no ha tenido suerte.
El mismo caso es el de 15 compañeros de su universidad, que dice, “ni siquiera en otra cosa diferente a nuestra carrera han conseguido empleo. Y como veo el panorama, creo que será muy difícil que encontremos trabajo, porque hay pocas oportunidades”.
La joven reitera que es mucha la demanda de empleo y poca la oferta e insiste en que trabaja de hostes “en calidad de mientras, porque no me puedo quedar sin dinero”.
La OIT resalta que en una década, “uno de cada tres integrantes de la población juvenil mundial de 1.1 mil millones de personas entre 15 y 24 años busca trabajo sin éxito, ha abandonado esa búsqueda por completo o está empleado pero vive con menos de dos dólares diarios.
A un menor ritmo, el empleo
La población juvenil creció 13.2 por ciento entre 1995 y 2005. En cambio, la disponibilidad de empleos para este segmento aumentó sólo 3.8 por ciento hasta alcanzar los 548 millones, detalla el organismo internacional.
Alrededor de 25 por ciento de la población juvenil, es decir unas 300 millones de personas, viven por debajo de la línea de pobreza de dos dólares diarios. De ahí, la necesidad de generar unos 400 millones de empleos para aprovechar al máximo el potencial de la juventud actual.
Según el informe, la posibilidad de que un joven esté desempleado triplica a la de un adulto, y destaca que las desventajas relativas a las cuales se ven enfrentadas son mayores en el mundo en desarrollo donde representan una porción más grande de la fuerza laboral que en los países industrializados.
“La pobreza es persistente entre alrededor de 56 por ciento de los jóvenes trabajadores, quienes además se ven enfrentados a la posibilidad de tener largas jornadas, contratos temporales o informales, salarios bajos, protección social escasa o inexistente, mínima capacitación y de no tener voz en el trabajo”.