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Deseos para este 2007

josé juárez medina

Sin duda alguna el año que acaba de terminar es de la mayor trascendencia porque fue el del segundo relevo en el poder presidencial, luego de que el PRI fuera desalojado de Los Pinos hace seis años, lo cual abrió una amplia y favorable expectativa de que con ello nuestro país daría un paso en firme hacia la consolidación democrática que, se supone, quedaría labrada en el sexenio de Fox y se confirmaría en 2006.

En efecto, por segunda ocasión y de manera consecutiva el otro partido hegemónico perdió las elecciones. Eso ya es historia conocida por todos. Sin embargo, las expectativas mencionadas no se cumplieron, sino todo lo contrario, hay la percepción en una gran parte de la sociedad de que hubo un retroceso. El serio daño que sufrió la institucionalidad electoral, IFE, TEPJF, son la expresión de ello, y no porque lo cerrado del resultado haya complicado el trabajo de dichas instancias como se dice, sino porque no supieron, queremos creerlo así, manejar el proceso en su conjunto.

Pero lo acontecido en 2006 también es un serio llamado a una reflexión de amplios horizontes: reveló claramente los alcances y las limitaciones de la democracia electoral, para llamarnos la atención de que si está no es complementada con una profunda democracia social y económica (que compete al Gobierno y a la sociedad), la estabilidad de aquella es muy frágil, ya que está expuesta fácilmente al torpedeo de los poderes fácticos, que han dado muestras de tener el poder político real.

Así pues, la profunda división política y social del país, ya existente, expresada en el reñido proceso electoral parece motivo más que suficiente para que el poder político, con una legitimidad muy cuestionada por cierto, sea utilizado con suma prudencia, con humildad y con una amplitud de miras. Sin embargo, Felipe Calderón, y sus asesores, todavía no hacen la lectura correcta de ello.

No parece haber entendido que el cuestionado proceso electoral en el que el TEPJF le dio la presidencia, fue por un estrecho margen, no tiene porque tomarlo todo, por más que estemos en un sistema de Gobierno que lo permite. Los nombramientos de su gabinete son una primera prueba de ello. Todavía no se puede tener un perfil más completo del tipo de políticas públicas que pretende implementar, pero los indicios que ha dado al respecto: educación, política económica, política social, hasta ahora permiten sostener el punto de vista de la lectura inadecuada.

En el caso de la política económica, Felipe Calderón no está tomando nota, o quizás sí lo cual sería grave, que la polarización social, y la rijosidad de los políticos, se asienta en el profundo descontento por la injusta repartición de las cargas que ha implicado la aplicación de la misma política económica en los últimos 25 años, como resultado de la cual una gran parte de la población vive en la pobreza y México es uno de los países del mundo en donde se registra una profunda desigualdad en la distribución del ingreso. El balance general de ello es rotundo: nuestro país es uno de los principales expulsores de personas hacia el exterior, por los bajísimos niveles de poder de compra de los salarios y por alto desempleo.

De hecho Calderón sencillamente ha sido coherente con su postura inicial de candidato de la continuidad, en donde la diferencia entre el PRI y el PAN ha sido solamente en el papel. Si bien se vio obligado por las circunstancias que se presentaron a partir del 3 de julio a dejarse llevar por una catarata declarativa: que si gobierno incluyente, que si gobierno de coalición, que ?rebasar por la izquierda? y otras más; una vez que el TEPJF lo ungió como ganador volvió a lo suyo.

Pero eso no es todo. antaño, en los tiempos del presidencialismo absoluto, los presidentes recurrían al abrumador elogio de sí mismos en los medios de comunicación, ya casi al final de su periodo de gobierno, exaltando, lo que a su parecer fueron los avances, que siempre fueron los más, y los pendientes, que siempre fueron los menos.

El presidente ?del cambio?, Fox, hizo un ?trascendental cambio?: someter el ejercicio del poder presidencial, y a la figura en general, a los dictados de la mercadotecnia en todo su mandato; Calderón, no se ha querido quedar atrás, quizá haciendo honor a eso de la continuidad, e inicia su gestión con una avalancha mediática que ya le está costando al contribuyente, ante la cual la tan festinada austeridad (en los medios por supuesto) palidece. Una cosa es informar, cuando es necesario, y otra distinta, pero muy distinta, es pasársela bombardeando con slogans publicitarios que no dicen nada y son en extremo tendenciosos, amén de que insultan a la población.

A grandes rasgos este podría ser un balance de 2006, no muy positivo que digamos, pero tiene la ventaja de abrir en nosotros un espacio para la ilusión de que las cosas pueden mejorar. Ese es mi mejor deseo para los habitantes de este país, y que hagamos de la búsqueda de la felicidad una tarea cotidiana, esa es la tarea.

josemedinajuarez@yahoo.com.mx

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