Ven como cortina de humo la disposición iraní para diálogar sobre su programa nuclear.
El embajador de Estados Unidos ante la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) desechó ayer la disposición de Irán a responder preguntas sobre su programa nuclear, calificándola de una cortina de humo.
Gregory L. Schulte, jefe de la delegación norteamericana ante la OIEA, añadió que la promesa iraní no impedirá al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas imponer sanciones adicionales a Teherán.
“Irán intenta claramente desviar la atención de su constante desarrollo de la capacidad para fabricar bombas, y no creo que el Consejo de Seguridad será distraído”, dijo Schulte. “Seguimos avanzando con otros miembros del Consejo de Seguridad para (la adopción) de una tercera resolución”.
Schulte respondió así a las noticias de que Irán y la OIEA, la agencia nuclear dependiente de la ONU, habían llegado a un acuerdo sobre un cronograma para responder a una serie de interrogantes acerca de las actividades nucleares de Teherán.
En Washington, Gonzalo Gallegos, vocero del Departamento de Estado, dijo que el Gobierno norteamericano considera que el Consejo de Seguridad “debe avanzar con la mayor rapidez posible” a fin de implementar “sanciones adicionales” contra Irán.
Funcionarios estadounidenses habían dicho previamente que Washington considera las recientes señales de creciente apertura por parte de Teherán como una ofensiva “de seducción” cuyo propósito es dividir a los miembros del Consejo de Seguridad e impedir que se pongan de acuerdo en nuevas sanciones.
Schulte reforzó ese criterio al decir que “si los líderes iraníes realmente desean que el mundo tenga confianza en ellos, deben... comenzar a cooperar de manera incondicional y suspender actividades que causan preocupaciones a nivel internacional”.
El funcionario aludió a las exigencias del consejo que Teherán congele su programa de enriquecimiento de uranio y frene la construcción de un reactor productor de plutonio.
