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Desnutrición aguda y sobrepeso, problema de salud pública

Especialistas alertan sobre el incremento de niños gordos, pero desnutridos porque sus organismos

no tienen las suficientes proteínas, pero sí muchos carbohidratos.

EL UNIVERSAL

MÉXICO, DF.- La desnutrición en México si bien ha descendido en la última década, continúa siendo un problema de salud, afirma Fernando Gavilondo Navarro, director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición ?Salvador Zubirán? (INCMSZ) de la Secretaría de Salud.

El último Censo Nacional de Talla, realizado en el 2004 por investigadores de este instituto, revela que el 8.9% de la población infantil menor de nueve años presenta problemas de baja talla, en 1999 esta cifra se ubicaba en 13.3% y en 1994 era de 17.9%.

Mientras que en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública, indica que la desnutrición aguda, la cual pone al niño que padece en alto riesgo de muerte, disminuyó de 6 a 1.6% (reducción del 73%) entre 1988 y 2006.

Sin embargo, dicho estudio, advierte que la prevalencia de baja talla en menores de cinco años sigue siendo elevada y el número absoluto de niños con esta condición (casi 1.2 millones) es preocupante.

Entrevistado por este diario, Fernando Gavilondo, director del instituto más importante de México y de América Latina en materia de nutrición, asegura que la desnutrición en México no está resuelta, pero ha bajado lo suficiente como para que los programas gubernamentales se empiecen a enfocar hacia otros temas como el de la obesidad, las adicciones y los problemas pulmonares crónicos derivados por la inhalación de humo de leña, que se registra principalmente en los hogares rurales e indígenas.

Admite que Chile, Costa Rica y Cuba son países que han bajado sus niveles de desnutrición como ninguna otra nación en América Latina, porque han implementado sistemas adecuados de salud.

?México va en ese camino y pienso que cada vez estamos siendo más eficientes?, considera, y no duda en afirmar que la brecha de la desnutrición en nuestro país cada vez se está cerrando.

Al grado, dice, que en los últimos diez años se ha logrado bajar los índices de desnutrición.

No obstante, considera que la desnutrición no radica únicamente en la pobreza, sino en la educación de la gente para que adopte buenos hábitos alimenticios y sanitarios. De nada sirve, agrega, que haya nutrición, sino hay condiciones de higiene.

Uno de los temas que más le preocupa como director general del INCMSZ, es la obesidad, pues advierte que las comunidades rurales e indígenas están transitando de la desnutrición al sobrepeso, lo que las coloca en riesgo de padecer males que son característicos de las zonas urbanas e industriales.

Tales como problemas cardiovasculares, hipertensión, cáncer y diabetes, lo cual se suma a los males que ya tienen como es la baja talla y la anemia, agrega.

Desde su experiencia, uno de los factores que ha propiciado este cambio en la salud de estas poblaciones es la constante migración que tienen sus habitantes hacia Estados Unidos.

Para el director del Instituto Nacional de Nutrición, la obesidad es más grave que la desnutrición que se vive en territorio nacional. ?Somos el segundo país del mundo con mayor población obesa. Se calcula que el 60% de los adultos y el 40% de los niños tienen sobrepeso?, externa.

Nuestra población, advierte, está copiando hábitos del primero mundo, pero malos, porque hay muchos países de Europa que tienen la mitad de obesidad que tienen los mexicanos, pero el problema radica que Estados Unidos está trasmitiendo a México ?la cultura de la hamburguesa y el refresco?.

Pero, agrega, ellos tienen más facilidad de revertir este problema de salud porque cuentan con más recursos para ello.

El funcionario realizó un recorrido a la comunidad de Chacalapa, en el municipio de San Pedro Tututepec, Oaxaca, donde el instituto puso en marcha desde hace más de dos décadas un Centro de Recuperación Nutricional (Cerenut) en donde se vigila a los niños en su estado nutricional y se le capacita a las mamás para que aprovechen los recursos naturales de la región y proporcionen a sus hogares una sana alimentación. Ello con la ayuda de Grupo Hérdez quien financia este programa nutricional.

De igual forma, el director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, junto a su equipo de trabajo, encabezó la ceremonia de la puesta de la primera piedra para iniciar la construcción de CECIPROC-Unidad Costa ubicada en la comunidad de Cacalotepec, municipio de San Pedro Tututepec, a una hora de Puerto Escondido, Oaxaca, que beneficiará a cuatro comunidades indígenas.

Fernando Gavilondo afirma que la idea de estos programas en donde participan nutriólogos y poblaciones es formar núcleos donde la gente sea capacitada en aspectos de nutrición, salud, higiene y proyectos productivos y a su vez, ésta enseñe al resto de su comunidad a modificar sus modos de vivir,

Por ejemplo, agrega, la migración en las zonas rurales e indígenas está impactando en la salud de sus habitantes y uno de los principales riesgos es la adquisición del VIH-Sida. Y para evitar el contagio, expone, se deben usar preservativos. Para eso, agrega, se requiere educación en la gente.

Para el director del INCMSZ, los focos de atención del instituto no sólo siguen en la anemia y baja talla, sino ahora en la obesidad. ?Tenemos una combinación gravísima que es desnutrición y sobrepeso?, alerta.

En la actualidad, reconoce, hay niños gordos, pero desnutridos porque sus organismos no tienen las suficientes proteínas, pero sí muchos carbohidratos. Y esto se debe a que no hay buenos hábitos alimenticios y no hay ejercicio físico, opina el funcionario.

De ahí, agrega, la tarea de los nutriólogos para incidir en las familias en sus hábitos alimenticios y alertar de los riesgos que conlleva a la salud el tomar refrescos o consumir alimentos ?chatarra?. ?Somos uno de los países con más costas y la gente no consume pescado, cuando éste es un producto con altos grados de proteínas?, externa.

Otro de los retos, considera Fernando Gavilondo es evitar la propaganda de los alimentos ?chatarra? en las escuelas primarias e implementar la educación alimentaría.

Para el urólogo, investigador del instituto por más de 20 años y actual director general del mismo, el Gobierno debe tomar acciones, pero la población también debe estar consciente que tiene que participar.

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