La escolta de policías municipales cargan el féretro que guarda el cuerpo del agente Julio César Espinoza Magallanes, durante la ceremonia realizada ayer en la DSPM. (Fotografía de Francisco Meléndez)
‘Exijo justicia para mi hijo y al hombre que lo mató, que Dios lo bendiga’, dice Consuelo Magallanes,
madre del agente
Torreón, Coah.- “Cuando salgo de la casa, no sé si volveré a verte”, es un fragmento de la carta del “Policía a su hijo” que cimbra a la mayoría de los presentes en la ceremonia donde se rinden honores al agente de Seguridad Pública de Torreón, caído en el cumplimiento de su deber.
La bandera nacional a media asta, con tres moños negros, ondeaba lenta en la explanada de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), en donde se lleva a cabo el emotivo acto estando presentes amigos, compañeros, familiares del finado, así como autoridades municipales.
A las 10:40 horas llega el cuerpo de Julio César Espinoza Magallanes, de 33 años, escoltado por patrullas con sirena abierta. El agente tenía nueve años y medio de servicio, le sobreviven su esposa, dos hijos pequeños y uno más por nacer.
A las 11 en punto inician las guardias de Honor, participando integrantes del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, directivos administrativos de Seguridad Pública, comandantes de sector, agentes de Vialidad, mujeres policía y finalmente el director Alfredo Castellanos y el alcalde José Ángel Pérez.
Antes de tomar su lugar en la guardia, el edil se dirige al lugar donde estaban sentadas Consuelo Magallanes y Graciela Silva de Espinoza, madre y esposa, respectivamente, del policía preventivo que fue asesinado por un sujeto cuando efectuaba su detención ante un llamado de violencia familiar.
Doña Consuelo se limita a decir: “exijo justicia para mi hijo y al hombre que lo mató, que Dios lo bendiga”. Durante la ceremonia, se da a conocer sobre el ascenso a segundo comandante de Julio César; su nombramiento, barras y cordón de mando fueron entregados por el alcalde a la esposa.
Antonio Hernández Moreno, subdirector operativo de la DSPM, dio lectura a la carta del “Policía a su hijo”. La tristeza se ve en el rostro de Graciela, su pequeño de tres años la observa, la abraza y acaricia el abultado vientre, luego la mujer lo sube en su pierna izquierda y devuelve el abrazo entre sollozos.
El titular de la corporación, Alfredo Castellanos, reconoce la trayectoria de su subordinado y resalta el riesgo que enfrentan cada día los policías al velar por la integridad de la ciudadanía.
En su intervención, el alcalde José Ángel Pérez lamenta los hechos y dice que se trabaja para dignificar la labor de los policías, a quienes reconoció su entrega, a pesar de que siempre son señalados al cumplir con su deber. Además, se compromete a brindar todo el apoyo a la viuda y sus pequeños hijos.
A las 11:32 horas se da el tradicional “pase de lista”, donde todos los presentes responden tres veces al nombre del oficial Julio César Espinoza Magallanes; siguen los 10 disparos de salvas en su memoria, junto con el toque de “silencio”, de la banda de guerra del 33 Batallón de Infantería.
El ataúd café con vivos dorados es cargado por la escolta que lo conduce a su carroza y de ahí, luego de una porra para el finado por parte de su familia, se forma el convoy para llevarlo a su última morada.
Al Cereso
Por el delito de homicidio fue enviado al Centro de Readaptación Social (Cereso), José Fidencio Piña Ruelas, implicado en el asesinato de un agente de la DSPM, al filo de la medianoche del sábado 29 de septiembre de 2007.
Sandra Piña Hernández, hermana del presunto responsable, con domicilio en calle Tacuba número 493 de la colonia Francisco Villa, fue quien reportó a las 23:38 horas un maltrato familiar, acudiendo al lugar el policía preventivo Julio César Espinoza Magallanes. En la vivienda, José Fidencio se encontraba muy violento además de intoxicado. La familia del sujeto dio autorización para que los agentes entraran a someterlo y fue cuando José Fidencio, armado con un cuchillo de cocina, hirió en la pierna izquierda Julio César.
Los compañeros de Espinoza Magallanes lo trasladaron de inmediato a la clínica del ISSSTE, para que fuese atendido, en virtud de que sangraba en forma abundante, ya que le afectó la arteria femoral. A las 11:20 horas del domingo dejó de existir.
El inculpado terminó en la cárcel municipal a disposición del agente del Ministerio Público, que integró la averiguación previa contra el sujeto que la próxima semana conocerá sobre su situación legal.