EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- El bulevar Revolución del puente Diana Laura a la calle Torreón Viejo presenta una deteriorada imagen urbana. El marcado rezago en su mantenimiento se manifiesta en un pavimento poroso, “arriñonado” en algunos tramos, sin guiones horizontales en los carriles de circulación, con lámparas del alumbrado público destruidas, un camellón central dañado en sus adoquines y pintura, así como unas palmas pálidas que sobreviven a los embates de los humos de los carros y a la escasez de agua.
El gastado pavimento que hace vibrar a los carros a su paso por la calle 38, o la 32, al igual que en la calzada Cuauhtémoc, por citar algunos puntos, es la evidencia de que hace tiempo no se realiza ni siquiera un recarpeteo. El único trabajo reciente en esta arteria fue a un costado del puente “Tecnológico” entre las calles 11 y 12, donde la situación de la carpeta asfáltica se agravó y fue necesario un recarpeteo de emergencia.
El bulevar Regvolución es hoy por hoy la vialidad más saturada de la ciudad debido al paso de por lo menos 30 líneas de camiones urbanos y suburbanos, así como los ruleteros y los vehículos de servicio particular, de acuerdo con el departamento de Autotransporte Municipal.
Pese a eso, cuenta con poca señalización, los semáforos tipo “ látigo” son delos más viejos y de control manual, no tiene pasos peatonales y tanpoco marcadas las zonas escolares que son muchas debido a la presencia de escuelas y centros de educación superior. Tampoco se anuncian los límites de velocidad permitida en los sectores hospitalarios como la clínica de Especialidades del IMSS, la clínica 16 o la 18 ubicada a tres cuadras de la calzada Colón.
Por eso ahí en el bulevar, los camiones invaden el carril central, hace mucho dejaron de circular exclusivamente por su derecha y los taxis se detienen, donde el cliente les hace la parada, no importa si esto es a mitad de calle, los choferes sólo frenan y prenden las “ intermitentes” eso para ellos es garantía de que todos los vehículos hacia atrás, se detendrán.
Los parabuses lucen el colorido del graffiti y de las mamparas chamuscadas por cigarrillos. Estas estructuras sirven más bien para el abandono de la basura que para aguardar el paso de los camiiones.
El aspecto del bulevar Revolución es opaco, de abandono ornamental, si se le compara con la remodelación que se hizo de la rúa en su parte oriente, del puente Diana Laura hacia el Distribuidor Vial Revolución.
Acá, hacia el poniente, no hay el esplendor de la pintura nueva ni del pavimento recién puesto. Al contrario, el camellón central presenta vestigios de una pintura color verde, la cordonería tiene algunas huellas de la pintura amarilla que alguna vez existió.
A los lados hay basura que tiran los viajeros de los camiones y algunas personas que se desplzan en automóvil. Los vasos de plástico, botellas de refresco, palos de paleta y de elote y hasta restos de comida, son visibles en el área donde hay negocios de venta de comida frente a la clínica 16 del IMSS, igualmente a la altura de las escuelas, donde el paso de los estudiantes es obligado y también en las paradas de autobuses.
La basura abunda aún más, pasando las calles Múzquiz y Ramos Arizpe hacia el mercado Alianza
