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Diálogo| La familia

Yamil Darwich

El primer domingo de marzo ha sido declarado ?Día de la Familia?, unidad estructural y funcional de la sociedad, que hoy, como nunca, es atacada por intereses de productividad material, comercialización diversa y tendencias de vida pseudomoderna, promotoras del individualismo y la soledad.

Este diálogo tiene el propósito de defenderla, más allá de posturas ideológicas grupales, incluidas las religiosas; un punto de vista que espero sirva para rescatar valores que hemos ido perdiendo. También debo declarar mi profundo respeto para aquellas monoparentales ?de padre o madre solamente? que por razones de abandono, divorcio o viudez, viven fuera de la norma.

El llamado ?Posmodernismo? o ?Sociedad del Conocimiento?, ha traído aparejados grandes beneficios para la raza humana: en el campo de la ciencia, descubrimientos que permiten aspirar rebasar, sobradamente, los 100 años de edad con buenas condiciones de salud; tecnológicos, ofreciendo comodidades en el hogar y trabajo, dándonos calidad de vida. Desgraciadamente no podemos decir lo mismo de los valores, en muchas ocasiones rebasados por la aplicación de los adelantos de tecnociencia, dejando atrás al humanismo. La familia, particularmente, ha recibido esos embates.

Existen pocos estudios a nivel local para definir la situación de las familias laguneras; uno de ellos, realizado por la maestra Irene Rojas Subealdea, sicopedagoga de la UAL, analizó a los jóvenes que asisten a las secundarias o bachilleratos, encontrando una relación directa en la condición anímica de quienes forman parte de una funcional y los que padecen situaciones ?desgastantes? en las disfuncionales.

Confirmó que, en las disfuncionales, frecuentemente se observa: ?falta de comunicación, relaciones maritales basadas en desconfianza y deficiente apego, poca comprensión de padres a hijos, escasa o nula convivencia familiar e inaceptación entre los miembros de la familia?.

Entre los jóvenes de familias que presentan disfuncionalidad con falta de presencia afectiva de los padres, halló datos de depresión, tales como: ?sentimiento angustiantes, tristeza, trastornos de alimentación y sueño, intolerancia, tendencia al aislamiento, rechazo a la familia, comportamiento agresivo o apático, incapacidad para tomar decisiones y bajo rendimiento académico?. Todos, favorecen sentimientos suicidas.

En cambio, quienes viven en una familia estable ?mono o biparental? presentaron personalidad sana ?el 80 por ciento de los jóvenes? con: ?aceptación de la propia imagen, apego familiar, capacidad de socializar, planteamiento y cumplimiento de planes, sensación de ser amado y adecuado rendimiento académico?.

No dude que la falta de la identidad familiar, sumada a la pérdida de la cultural, nos acercan a la disfuncionalidad individual y social. Le insisto: dialogamos de estadísticas de La Laguna, aunque el CIDE dice que, en general, los presos tienen como antecedente común ambientes familiares fracturados.

Miguel Basáñez, investigador universitario, estudió a la familia latina y encontró en ella el antídoto eficaz a muchas de las enfermedades sociales de la modernidad; también ha resaltado las deficiencias que presentan ?proteccionismo, retardo cronológico de la madurez? marcando la diferencia aplicada entre ?prójimo? -familiares y cercanos? y ?no prójimo? ?extraños? . Protegemos, halagamos y cultivamos a los primeros; a los otros los agredimos y abusamos de ellos.

Hace una interesante descripción de nuestras viviendas cerradas al exterior, contrastadas con las anglosajonas, de jardines frontales y anchos ventanales sin herrería.

El propio Vaticano, consciente de la importancia de la familia y la amenaza que enfrenta, elaboró en 1980, la ?Carta de los Derechos de la Familia. Le comparto algunos enunciados: ?Todas las personas tienen derecho de elegir su estado de vida y por lo tanto a contraer matrimonio y establecer una familia o permanecer célibes?; ?el matrimonio no puede ser contraído sin el libre y pleno consentimiento de ambos?; ?los esposos tienen el derecho inalienable de fundar una familia y decidir sobre el intervalo entre los nacimientos? ?excluye el recurso a la contracepción, la esterilización y el aborto?; ?la vida humana debe ser respetada y protegida desde el momento de la concepción?; ?los padres tienen el derecho de educar a los hijos?; ?ser reconocidos como los primeros y principales educadores... ?; ?los padres tienen el derecho de elegir libremente escuelas u otros medios para educar a sus hijos?; ?las autoridades deben asegurar que los padres sean verdaderamente libres para ejercer su derecho?; ?la familia tiene el derecho de existir y progresar como tal?; ?cada familia tiene el derecho de vivir libremente su religión?; ?la familia tiene el derecho de ejercer su función social y política en la construcción de la sociedad más sana?; ?las familias tienen derecho a un orden social y económico?; y ?tiene derecho a una vivienda decente?, etcétera. ¿Cuántos de esos derechos y obligaciones ejercemos realmente?

Estoy convencido que entre nuestras fortalezas, como latinos, está la familia, su dinámica de estrecha relación y el rico alimento afectivo recibido dentro de ella; le invito a defenderla y así asegurar mayores posibilidades de éxito para todos los integrantes. ¿Acepta?

ydarwich@ual.mx

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