EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Diálogo/Poder incontrolable

Yamil Darwich

El mundo y su globalización da distintas pautas de vida y nuevo orden al poder. Indudablemente ha rebasado el tradicional, político o estatal, que en el pasado sometía voluntades y destinos de las mayorías. Ha generado productividad y riqueza; desgraciadamente, también acumulamiento en unos pocos y desempleo con pobreza en la mayoría.

Siempre han existido denuncias de la influencia extranjera en la toma de decisión de autoridades mexicanas, particularmente en aquellas que puedan perjudicar los intereses de los EUA; de ello tenemos múltiples antecedentes, desde el Periodo Virreinal, cuando ya estaban al acecho sobre parte de nuestro territorio, después la Independencia, luego la Reforma, hasta el día de hoy.

Tradicionalmente, la Iglesia Católica, con el apoyo de la ultraderecha, ha participado en la vida política del país, ejerciendo influencia sobre decisiones en torno a leyes y reglamentos que definan la tendencia social, nacional o estatal. Ciertamente, en los últimos tiempos ha venido a menos, tal vez por el mal comportamiento de algunos de sus altos dirigentes, acusados de relacionarse con el narcotráfico o proteger abusadores sexuales.

Carlos Slim Helú, es uno de los hombres más ricos del planeta; se le ha acusado de engrandecer su fortuna con base a relaciones políticas y prebendas legales, caso de Telmex, quizá el más sonado. Pocas personas conocen su historia, pudiéndola resumir con dos palabras: trabajo y esfuerzo, fórmula recomendable para ser imitada por todos. Contó en una entrevista, que inició su vida laboral a los 10 años de edad, con una mesita donde colocó dulces para vender; a los 26 años ya tenía una fortuna de 5 millones de pesos. Hoy calculan su capital en 30 billones de dólares, tercer millonario de Forbes, sólo abajo de Bill Gates y de Warren Buffet.

Él encabeza una lista de mexicanos, todos millonarios reconocidos en el mundo, que administran la economía y orientan la voluntad del poder político para las tomas de decisiones importantes en México.

El poder de Emilio Azcárraga y otros empresarios de la comunicación masiva es impresionante; baste recodar las acusaciones hechas contra Santiago Creel, quien antes de abandonar la Secretaría de Gobernación, autorizó una nueva ley para la apertura de casinos y casas de juegos de azar. O la nueva Ley de Comunicación, en donde aparecieron múltiples acusadores sobre la tendenciosa decisión de Pedro Cerisola y Weber, a la sazón secretario de Comunicaciones y Transportes, para favorecer a poderosos del medio; todos son capaces de alterar el orden político y social existente. No pierda la pista de Ángel González, ?el fantasma? y David Martínez, ?el city mexicano?; ambos pueden dar mucho de que hablar.

Los malos manejos del poder en política, tiene como ejemplo a Emilio Gamboa Patrón, ?balconeado? en llamada telefónica con Camel Nacif, acusado de participar en actos de pederastia, quien a su vez bautizó para la posteridad a Mario Marín, gobernador de Puebla, como ?Gober Precioso?.

Elba Esther Gordillo es caso aparte, cuya simple muestra de poder fue su capacidad para frenar a los maestros de Oaxaca en cuestión de horas; creó un partido propio en 2005 y lanzó a Roberto Campa como candidato a la Presidencia de la República; posiciona políticos casi a su antojo y consolidó y administra el control sobre el magisterio, incluido el ISSSTE, teniendo en Rafael Ochoa Guzmán, secretario general, al incondicional siempre atento a sus indicaciones. Él mismo, reconoció influir en políticas educativas nacionales y dijo que ?México es un país de reprobados y Reyes Tamez, ?entonces secretario de Educación? era el primero?. Olvidó que él es segundo y su jefa tercero; ¿o acaso el sindicato no es responsable del deterioro? El Banco Mundial se ha encargado de señalarlos internacionalmente como parte importante.

No bien entró Calderón y nombró su Gabinete, cuando escuchamos rumores de que los poderosos no habían aceptado a ?tal? o ?cual? en el puesto asignado. Los monopolios encubiertos nos ahogan y son esos ?cuellos de botella? los que paralizan a la productividad y el cambio.

El poder en México ya es incontrolable; los pocos manejan a muchos, ?nada nuevo, aunque ahora hablamos de unos cuantos? quienes tienen el control nacional y operan únicamente para sus causas e intereses, sin que haya la intención o capacidad real del sistema para detenerlos. De la fuerza de los comunicadores y la manipulación masiva utilizada por ellos, ni escribimos.

Estemos atentos a las informaciones sobre el tema y aprendamos a buscarlas en fuentes no reguladas por esos intereses; la Internet es un arma poderosa y debemos acostumbrarnos a utilizarla; otra: los medios de comunicación escritos no ?controlados?.

Debemos apoyar el combate a la corrupción, narcotráfico y otros males sociales; también estar atentos a los movimientos de esos grupos de control que, en sus afanes egoístas estrangulan la economía mexicana. ¿Cree que eso sea democracia?

ydarwich@ual.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 260097

elsiglo.mx