Como desde hace 26 años, ayer Margarita le agradeció a la Virgen de Guadalupe sus favores realizados con danza y reliquia.
Agradecida con la Virgen de Guadalupe, Margarita participa desde hace 26 años en la tradición de la reliquia en Ciudad Lerdo
CD. LERDO, DGO.- Luego de varios meses de espera, el día llegó. Las calles Durango y Aldama fueron cerradas, como desde hace ya 26 años. La razón: celebrar el 476 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe.
Pero para Margarita Leticia Ornelas, más que celebrar su aniversario, da gracias a la Virgen Morena por varios milagros que le ha cumplido pero en especial, el haber salvado de la muerte a su sobrino Raúl.
Un gran altar con varias imágenes de la Virgen adornado con ramos de flores rojas y amarillas, se ve al fondo de la calle. Frente a él, un grupo de danzantes, ofreciendo su baile, mientras Margarita prepara los alimentos que ofrendará.
Cuenta que, inicialmente, doña Rosa, su vecina, año con año realizaba la tradicional reliquia, “pero su enfermedad y su vejez se lo impidieron, así es que desde hace poco más de seis años me encargo de cada uno de los detalles”.
La preparación para este gran día inicia el 28 de octubre, día de San Judas Tadeo, con los rosarios dedicados a la Virgen Peregrina, menciona Margarita.
Más que una costumbre en su familia, la ofrenda a la Virgen Morena, se debe a los milagros realizados pero en especial, “el haber salvado a mi sobrino”, dice la mujer.
Relata que hace ya más de 20 años, su sobrino Raúl fue picado por una viuda negra, lo cual puso en peligro su vida, “ese día le pedí mucho a la Virgen que lo salvara y pues así fue, y años más tarde, él también como cada año le danza a la Virgen como agradecimiento”.
Margarita cuenta que la celebración inicia horas antes del día 12, con una cena para los danzantes “y toda la gente que se vaya acercando, seguido de un menudo por la mañana, primero para los danzantes quienes comenzaron desde la noche del 11 hasta la mañana siguiente”.
Con una misa en punto del mediodía, es como continúan con la celebración y tras bendecir los alimentos, comienzan a repartir la reliquia que se ha preparado para este día tan especial.
“Es para agradecer muchas cosas, pero sobre todo la salud que tenemos, el bienestar de la familia y el que todos los vecinos y familiares estamos unidos”, dice Margarita, quien está dispuesta a seguir con esta tradición, “hasta que Dios así lo permita”.
TRADICIÓN
“Continuaré la tradición hasta que Dios así lo permita”.
Margarita Ornelas,
fiel guadalupana