El Universal
MÉXICO, DF.- Desde principios de 1998, Rocío Banquells no pisaba un foro teatral. Hace unos días lo hizo para ensayar la obra Los Monólogos de la Vagina, en la que debuta mañana.
Entró con un vaso de café en mano, y por dentro sintió como volver a empezar: ?Soy actriz de teatro, así que regresar es algo increíble?.
-Si tuvieras tu propia Luna Mágica, ¿qué le pedirías que te devolviera?
-Nada. Todo lo que he vivido desde los tiempos de aquella canción ha sido importante. Hay momentos en que te va tan bien, que puedes despegar los pies de la tierra, es decir, vivir esa fantasía de que eres lo máximo. Es posible que en tu carrera sucedan problemas fuertes, pero nada se compara con el hecho de que no puedas caminar. A mí me tocó estar en silla de ruedas: eso sí es un problema.
-¿Qué fue lo que te levantó?
-Primero: una persona maravillosa que hizo que me operaran. Segundo: que mis hijos estaban dedicados a vestirme, bañarme, darme de comer; no era justo.
-En ese momento, ¿la ilusión de volver al escenario fue importante?
-Después. Cuando logré levantarme, andar con mi bastón; entonces veía las telenovelas y decía: ?¡Qué ganas de volver a los escenarios!?.
-¿Extrañas los musicales?
-Mucho.
Espero volver pronto.
Rocío Banquells no es nueva en el asunto de Los Monólogos de la Vagina. Es una obra que vio por primera vez en Puerto Vallarta hace cuatro años. Entonces pensó: ?Es una obra magnifica, ¡quisiera actuar en ella!?.
-La obra comienza invitando a la gente a que pronuncie la palabra vagina, ¿a ti te costó trabajo mencionarla?
-No. Vengo de una familia donde no hubo tabúes sino mucha libertad.
-Si tu vagina hablara,
¿qué diría?
-Soy feliz.
-¿Qué vestiría?
-Varias cosas. No sólo una, sino varias.
-¿Contra qué protestaría?
-He tenido la suerte de tener una vagina feliz y creo que sólo protestaría contra la humillación en general.
-Si pudiera viajar en el tiempo, ¿a dónde viajaría?
-Me gustan los años 40, pero también disfruto la libertad actual.
-¿Qué tabú rompería?
-Mi vagina no tiene tabúes.