Durango

Dirigen esquemas educativos a hijos de jornaleros agrícolas

La deserción escolar a causa de la pobreza que existe en el campo es un problema nacional, que posteriormente lleva a los niños a dedicarse a las labores agrícolas, admitió la Sedesol.

La deserción escolar a causa de la pobreza que existe en el campo es un problema nacional, que posteriormente lleva a los niños a dedicarse a las labores agrícolas, admitió la Sedesol.

El Siglo de Durango

Se pretende cambiar el panorama del campo mexicano desde su raíz, con su niñez, por lo cual se están implementando esquemas dirigidos a hijos de jornaleros agrícolas para desincentivar el trabajo agropecuario a través de la educación, según lo dio a conocer la Delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Sin embargo, el delegado de la dependencia federal, Félix Cháidez Saucedo, manifestó que la deserción escolar a causa de la pobreza que existe en el campo es un problema nacional, que posteriormente lleva a los niños a dedicarse a las labores agrícolas.

Por ello, a través del programa federal Monarca se pretende desalentar el trabajo infantil en los campos agrícolas de Durango, al incluir a los hijos de jornaleros entre seis a 14 años de edad a la educación, salud y alimentación, indicó.

Y es que recientemente, según el estudio El Campo Mexicano en el Siglo XXI, elaborado por Héctor Robles Berlanga, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, en Durango, 124 mil 960 personas viven en municipios de alta y muy alta marginación; y más de 228 mil duranguenses sufren riesgo nutricional alto, muy alto y extremo.

En ese sentido, el Delegado de Sedesol declaró que el programa Monarca es para apoyar a los “más pobres de los pobres”, con los hijos de jornaleros agrícolas con apoyos educativos en becas y uniformes con útiles escolares, así como salud y alimentos para mejorar su calidad de vida.

Explicó que este año apoyaron a la Unidad de Trabajo La Libertad, en Mapimí, a 11 familias con 45 niños, así como en Canatlán a 12 familias y 40 infantes con la entrega de despensas, uniformes, zapatos deportivos y escolares, entre otros.

Asimismo, 12 mil 850 pesos en becas en Mapimí y 14 mil 550 en Canatlán, las cuales se entregaron de acuerdo con el grado escolar que cursan los niños, pues de primero a segundo año reciben 200 pesos; de tercero a cuarto, 250; de quinto a sexto, 300 pesos durante su estancia en los lugares de trabajo.

Precisó que hasta sus lugares de trabajo se les llevó la escuela a través del apoyo del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).

El programa fue trimestral en el municipio de Mapimí porque duró más el proceso de cosecha, pero en Canatlán sólo dos meses por el periodo más corto en la pizca de manzana, agregó.

Este apoyo permanece durante las cosechas de los cultivos; empero, cuando regresan a sus lugares de origen la mayoría de los niños reciben apoyos de programa Oportunidades para que continúen en la escuela, concluyó.

Satisfacción a largo plazo

Según el estudio El Campo Mexicano en el Siglo XXI, en el municipio de Durango se requieren al menos 15.6 años para que la gente logre la satisfacción de necesidades básicas como agua, luz, drenaje, educación, para dejar atrás el hacinamiento y los pisos de tierra.

Sin embargo, se necesitaría más tiempo en otros lugares para mejorar estos temas como 41.9 años en Mezquital; alrededor de 28.4 años para el municipio de Topia, y 26.5 años para enfrentar estos rezagos en Pueblo Nuevo.

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