Cuadrados, cilindros y rectángulos componen la forma de cada departamento.
MÉXICO, D.F.- "Los lofts del destino irreversible" es como el artista y arquitecto japonés Shusaku Arakawa bautizó a un edificio de condominios de su creación que ofrece otra opción de vivienda.
La obra está ubicada en un barrio del centro de Tokio, Japón, y en ella, su autor desarrolló un concepto diferente de lo que hasta ahora se conoce como loft (ático).
Éstos tuvieron su origen en los años 60 y 70 en grandes ciudades como Nueva York y Londres: las viejas bodegas se transformaban en espacios habitables con el fin de pagar menos renta y disponer de más espacio del que ofrecía un departamento. Muchos de ellos fueron ocupados por intelectuales y artistas que acondicionaban el área a su libre albedrío.
Para finales de los años 90, las constructoras e inmobiliarias ya habían adoptado el término como una simple estrategia de mercado.
Los lofts son departamentos, usualmente caros, con precios equiparables a los de lujo, sin muros divisorios entre las habitaciones y en los que la cocina está integrada a las áreas principales; una idea inspirada en el concepto original, sin serlo.
En los últimos años han surgido muchas variaciones del concepto original y el concebido por Arakawa tiene un sentido lúdico y excepcional.
Se trata de un conjunto de más de 10 apartamentos de interés social que destaca por su fachada multicolor con formas de prismas.
Cuadrados, cilindros y rectángulos componen la forma de cada departamento; su interior parece el de una casa de muñecas.
La cocina es casi de juguete pero integra todos los servicios necesarios: tarja, estufa, frigobar y otros componentes que aún siendo pequeños, funcionan a la perfección.
Las paredes están pintadas de colores primarios: amarillo, rojo, azul y verde.
En algunas zonas instaló "juegos" como dos resistentes ligas de plástico de las que es posible colgarse. Dejó al descubierto algunas instalaciones como tubos de desagüe y cables de electricidad, los cuales pintó de colores vivos como amarillo, rosa y verde.
"Esta unidad de edificios marca un nueva visión en la historia de la vivienda humana. Es un claro ejemplo de cómo lograr que un departamento de interés social se convierta en un auténtico 'hogar dulce hogar'.
Se trata de una arquitectura de muchos procesos que al mismo tiempo se convierte en una de precisión y de interminable invención", comentó Arakawa.
El ingenioso creativo asegura, además, que cada uno de los departamentos rompe con convencionalismos y que en ellos aplicó teorías de construcción que se creían imposibles de utilizar.
En algunos casos, como en el loft en forma de cilindro, Arakawa desarrolló superficies de formas curvas en el interior; por ejemplo, el rincón de la ventana, completamente curvo, como corresponde a la cara interna de un cilindro.
El arquitecto japonés trabaja en conjunto con Madeleine Gins, con quien también creó la Fundación para la Investigación del Cuerpo Arquitectónico, la cual estudia nuevas posibilidades en desarrollo de espacios.