Pistolas y Rosas (1era. Parte).
Guns N? Roses es la primera banda de rock de la que tengo memoria, en aquel lejano 1988, y Sweet Child O? Mine la primera canción que me apasionó por la música de rock.
Tengo muy presente esa portada de un casette que me enseñó mi primo Iván en El Paso, en donde una cruz mostraba cuatro cráneos acomodados en cada uno de sus extremos y otra en el centro de la misma, con un fondo negro, que tiempo después descubriría que no era la portada original del álbum más importante de su generación.
Es 1987 y al parecer sale al mercado un disco más de una banda de glam metal angelina, ellos se hacen llamar Guns N? Roses y el álbum es bautizado como Appetite for Destruction, que al parecer era de otro grupo más de jóvenes con actitud rockera, peinados extravagantes, vestuario de cuero y rock sencillo; a los seis meses éste era el disco más vendido y de mayor impacto cultural dentro del género en más de 15 años, y a la fecha, a casi veinte años de su creación es considerado uno de los mejores diez discos de rock de toda la historia.
El encanto radica en el impacto de la música, mostrando como pocos, toda la rabia y furia de lo que es el hard rock, así de sencillo, porque desde la primera canción, Welcome to the Jungle (en donde Axl Rose deshace el glamour de Los Ángeles y mitifica su lado oscuro), hasta la doceava y última, la maravillosa Rocket Queen, la música es magistral, viajando desde lo visceral, crudo, angustiante y agresivo, pasando por lo indulgente y hedonístico, llegando hasta el romanticismo, todo como parte de la condición humana de cinco jóvenes que apenas pasaban los veinte años, adictos a su música, al alcohol, a las drogas y al sexo, y que gracias a Dios, fueron acogidos y guiados por Mike Clink como productor, el cual siempre tuvo la habilidad de canalizar el sonido en vivo del grupo en sus acetatos, y que David Geffen, muchos años atrás de ser socio de Spielberg y fundar Dreamworks, tuviera la visión de firmar al grupo dentro de su compañía discográfica cuando cualquier otro no lo hubiera hecho.
De la mano de la música de GNR va el impacto visual de dos de sus integrantes, su vocalista Axl Rose, físicamente muy delgado pero de una personalidad impactante, y quien redefiniría el carácter de lo que debe de ser un frontman de aquí en adelante, y su guitarrista principal Saul Hudson, mejor conocido como Slash, cuyo cabellera larga de pelo chino cubría (y por lo general cubre hasta la fecha), su rostro, usando por lo general un sombrero de copa tal cual lord inglés.
Pero lo esencial de la banda era su sonido muy definido para ser relativamente unos novatos, con un bajista muy peculiar al momento de rascar las cuerdas y que daría acento a la música de Guns y cuyo nombre nos recuerda a la bebida favorita de Homero Simpson, me refiero al flaco y estirado Duff McKagan, acompañado en la base rítmica por Steven Adler, buen baterista que fue acabado por sus adicciones.
Mención aparte es el amigo de la infancia de Wiiliam Bruce Rose, verdadero nombre de Axl Rose, me refiero a Izzy Stradlin, quienes viajaran juntos desde su natal Indiana para probar suerte en el complicado mundo del rock metal de Los Ángeles. Stradlin, de perfil bajo y contrastando la personalidad general de la banda, no solamente era la segunda guitarra de Guns, formando una dupla de guitarras con Slash que dejó cátedra en cuanto a cómo acompañar a un genio del instrumento de las seis cuerdas, sino que además era probablemente el mejor compositor de letras del grupo, y creador junto con Slash del sonido de la banda.
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