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Disfrutando del Sonido

Luis Demetrio Moreno Calvillo

Nostalgia Discográfica Personal. FNM / STP

Existen una gran cantidad de bandas de rock and roll que sea lo que hayan hecho musicalmente y el tiempo que hayan durado o sigan durando se encontrarán siempre al tope del mainstream y la cultura popular.

Existe un grupito de bandas al que llamaríamos vacas sagradas, ya saben, Los Beatles, Floyd, Zeppelin, otros de metal o hard rock consagrados, como Maiden o ACDC, otro de espíritu indie como Radiohead o Nirvana y así nos la podríamos llevar todo la tarde (o todo el artículo).

Lo bueno es que siempre existirán grupos que no entran en esta categoría, pero los que somos fans de estas bandas en realidad creemos que ciertos discos de ellos son una especie de catalizadores emocionales que nos hacen pensar que debemos ir de rodillas al Tepeyac a dar gracias por su existencia, y lo mejor de todo es que tampoco no son grupos de culto, y si bien tuvieron discos comercialmente exitosos por los cuales se les recuerda también es cierto que para varios fanáticos de la música son algunos acetatos de estas bandas que a pesar de haber logrado poco impacto comercial o de masas si lograron un gran impacto personal.

En mi caso estoy enamorado de dos discos noventeros que significan mucho para mí, aunque bastante tiene que ver el hecho de haberlos adquirido en su momento. El primero es Angel Dust de Faith No More, con esa portada de un cisne inmenso con fondo de azul nocturno. La verdad el grupo de Mike Patton no tenía límite, o no me parecía tenerlo en ese momento (1992 o 93). Sus canciones en este disco eran trash o bien soul y hasta progresivo, ajenas al metal hip hop que venían haciendo.

El sencillo de Midlife Crisis era la punta del iceberg, porque en el fondo existían piezas como Smaller Y Smaller, que te transportaban a otro estado emocional, o Be Aggressive, en donde un coro femenino en la tradición de porristas de high shcool deletrean Aggressive.

Por otro lado destacaba la melodía de Midnigth Cowboy, que en aquel entonces yo ni tenia idea de esta obra maestra del cine humanista, y el cover de Easy (easy like sunday morning ya saben), en ambas el feeling cortesía del tecladista Roddy Bottum.

Por supuesto no olvido una canción bastante divertida llamada Kindergarten donde expone angustias existenciales de un niño de 5 años.

El otro disco que recuerdo es el de los hermanos DeLeo y el heroinómano rock star Scott Weiland, es el tercer álbum de los Stone Temple Pilots (STP), titulado Tiny Music... Songs from the Vatican Gift Shop, en donde la banda se aleja del grunge y esa maldita manía de los críticos y la prensa no tan especializada, de querer acusarlos de imitadores de Pearl Jam o Soungarden, lo cierto es que este disco es irónico, con riffs mas suaves y acercamientos pop psicodélicos.

La canción más recordada es Bing Bang Baby en cuyas letras Weiland menciona “vende tu alma y firma un autógrafo”, clara mención de la búsqueda de la fama por la fama, aunque claro, esta la referencia a la heroína, en frases como “yo quiero morir, pero tengo que reír”.

Existen piezas de gran espíritu fiestero como Trippin On A Hole In A Paper Heart, donde se habla de la búsqueda de la identidad, o la musicalmente contradictoria y divertida Art School Girl. De Faith No More y STP en la actualidad sabemos que se encuentran extintos, pero son esa clase de grupos los que le aportan bastante al bagaje musical de una época, tal vez no para toda una generación pero sí para algunos melómanos.

luisdemetriomoreno@hotmail.com

disfrutandodelsonido.blogspot.com

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