Anarquía en el Reino Unido
Greg Graffin se me hace un tipo interesante, tal vez porque le gusta la cátedra y los estudios. Pues bien, el Señor Graffin, quien imparte clases en la UCLA como profesor de ciencias, hace algunos años redactó el manifiesto punk, y como sus tesis para lograr el doctorado en Paleontología Evolutiva se titula Monism, Atheism and the naturalist worldvision: Perspectives from evolutionary biology (Monismo, Ateísmo y la visión del mundo del naturalista; Perspectivas desde la biología de la evolución), creo que tiene suficientes cualidades intelectuales para redactar lo que él consideró el manifiesto Punk; esto y que es el vocalista de yo no sé si uno de los mejores grupos de Punk de Estados Unidos de los últimos 25 años, pero sí uno de los más populares: Bad Religion.
Hablar o escribir de Punk puede ser trillado o hasta fastidioso y pretencioso, porque es caer en diversas filosofías y cuestionamientos que van desde ¿cual música es de verdad punk? hasta ¿quien es un autentico punk? una cuestión que nadie tiene la ultima palabra, pero que importa, hay les va.
Punk es en sí un término sajón que se utiliza para describir a una persona, por lo general joven, que es inapropiada para un estándar conservador de una sociedad políticamente correcta, o sea que un joven desarreglado, que no trabaje ni estudie, que no se porte de forma convencional o apropiada para ciertos estándares sociales preestablecidos es un punk.
Ya en la Inglaterra de finales de los años 70, ante la pobre estabilidad laboral que afrontaba la juventud, debido más que nada a las políticas sociales y económicas del Primer Ministro James Callaghan, que a la postre provocarían lo que se le conoció como Winter of Discontent (invierno del descontento) y la posterior sucesión a cargo de la opositora dama de hierro Margaret Thatcher, los jóvenes se identificaron ante una ideología musical acorde a lo es ser un punk en cierta medida: contestatario (letras) y practico (melodías cortas basada en dos o tres acordes).
Y es que el rock británico de vanguardia de los años 70 tenía como batuta el rock progresivo de Pink Floyd, Yes o Genesis, y la verdad rolas de 15 minutos con solos estructurados de órgano o algún otro instrumento no comunicaba con una gran población juvenil inglesa de la época, sobre todo en las desempleadas ciudades industriales.
Se popularizaron los Sex Pistols proclamando Anarquía y criticando a la reina, inmortalizándose dentro de la cultura pop en la vida y muerte de John Simon Ritchie, mejor conocido como Sid Vicious.
También estaba The Clash, donde la visión de Strummer y Jones incorporaba esa música ambiental que se escuchaba en los conciertos de punk mientras no había nadie en el escenario, el reggae, el ska y el dub cortesía de los DJ jamaiquinos que ambientaban los bares, improvisados o no, donde se organizaban las tocadas, independientemente de abordar las letras del punk de forma inteligente y ser realmente contestatarias ajenas al nihilismo Pistols.
Estados Unidos mostró una cara más relajada, pero no por eso menos importante, en la escena neoyorkina teniendo como sede el bar CBGB y como lideres, en varios aspectos, a The Ramones, aunque resulte contradictorio el conservadurismo de su cabeza, Johnny Ramone. Feliz día de asueto.
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