Entre la vida y la muerte se debate un niño de 12 años luego de que a un menor de diez años que cargaba una escopeta se le escapó un disparo y le acertó en el pecho, informó el titular de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, Gustavo Rivera Ramos, quien añadió que los hechos se registraron en un domicilio ubicado en la colonia ampliación PRI, siendo en parte responsabilidad de los padres por haber dejado un arma de fuego al alcance de los menores.
José Ricardo Elizalde Aguilar, de 12 años, ingresó a una de las salas del Hospital General para su asistencia médica, ya que se le apreció una herida producida por proyectil disparado por arma de fuego en el tórax, del lado derecho.
Elementos de la Policía Municipal así como paramédicos de Protección Civil y de la Cruz Roja acudieron al domicilio marcado con el número 711, de la calle Violeta, en la colonia ampliación PRI, donde el menor José Hernández, de diez años, tomó una escopeta calibre .16 y accidentalmente se le escapó una bala que le provocó a Ricardo la herida citada.
Al respecto, Rivera Ramos comentó que en este accidente tienen mucha responsabilidad los padres de familia, pues no es posible que hayan dejado un arma de fuego, independientemente de las condiciones en que se encontraba el fusil, a la mano de unos niños.
Al ser cuestionada sobre el accidente María Montserrat Tamayo, madre del menor al que se le escapó el balazo, dijo que se trataba de una escopeta vieja y enmohecida que tenía mucho tiempo abandonada en el patio por lo que nadie le tomaba importancia, pues además ni se imaginaban que iba a estar cargada.
Por último, uno de los galenos que atienden al menor comentó que éste se encuentra grave y que desde su internamiento ha estado sedado y con respiración artificial.