El Gobierno colombiano cree que la ex candidata a la Presidencia secuestrada por las FARC hace cinco años, ya no está en ese país.
EL PAÍS
BOGOTÁ, COLOMBIA.- Hace exactamente cinco años que Ingrid Betancourt fue secuestrada por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Por entonces, esta política franco-colombiana nacida en la Navidad de 1961 era candidata a la Presidencia de su país. Hoy ni siquiera se sabe si aún está en territorio colombiano o si está en las fronterizas selvas venezolana o ecuatoriana.
Ingrid fue retenida junto a su compañera de fórmula presidencial, Clara Rojas, cuando intentaba llegar, por carretera, a San Vicente del Caguán (zona selvática al sur del país). Ambas son parte de los 54 secuestrados políticos ?canjeables? por algunos o todos de sus 500 guerrilleros de las FARC encarcelados, según una vieja negociación que mantienen la guerrilla y el Gobierno, y que el presidente Álvaro Uribe rompió hace poco.
La mayor y principal guerrilla colombiana, por el número de combatientes, entre 17 mil y 20 mil, según distintas fuentes, ha acusado al Gobierno de Álvaro Uribe de que ?prefiere dejar pudrir? a los rehenes.
Ayer, Uribe dijo que tiene información que le hace creer que Ingrid está fuera de Colombia. La primera reacción de Yolanda Pulecio, la madre de Ingrid, fue de repudio. ?¡Es una cortina de humo del presidente; él es un especialista de la manipulación?. No obstante, la madre no descarta que las FARC hayan sacado a su hija del país para evitar que los militares la liberaran, en un operativo similar al que permitió la fuga, recientemente, del ex ministro Fernando Araujo, tras seis años de cautiverio. Araujo es el actual ministro de Exteriores y su designación, aunque sea por empatía, ha renovado las esperanzas de la familia de que el Gobierno reconsidere negociar con las FARC un canje.
?¡Cinco años! nunca pensé que pudiera durar tanto tiempo este secuestro?, ha dicho Juan Carlos Lecompte, segundo esposo de Ingrid -el primero es francés, por eso Ingrid tiene doble nacionalidad-. La frase, cargada de desesperanza, también la ha repetido Yolanda Pulecio en estos días. ?Siempre ha pensado que en Francia han hecho más que en este país por la libertad de su hija?, dice.
Pero la hija de la secuestrada no opina lo mismo. Hace unos días Mélanie Betancourt llamó a una emisora donde estaba siendo entrevistado el primer ministro francés, Dominique de Villepin. ?Por desgracia no me parece que usted haya sido lo bastante determinado en lo que se refiere a mi madre?, dijo a Villepin en la emisora RTL. La joven reprochó al Gobierno de Francia que no haya utilizado ?todos los medios? en su poder, por ejemplo, conseguir que Estados Unidos presione al Gobierno del presidente Álvaro Uribe de Colombia. Villepin, amigo personal de la secuestrada franco-colombiana, le contestó que seguía ?luchando? por su liberación y que ?cada vez que surgiera una ocasión la aprovecharía?.
No contenta con ello, Mélanie se entrevistó ayer con la candidata socialista a la Presidencia francesa, Segoléne Royal. Le arrancó el compromiso de que dispondrá de ?todos los medios diplomáticos y legales? para la liberación de Ingrid, a convertir el tema en asunto de interés mundial y exigir a las FARC pruebas de la supervivencia de las secuestradas. No se sabe nada de ellas desde el 30 de agosto de 2003.
Las tensiones entre los Gobierno de París y Bogotá por el tema han sido constante. Cuando el pasado 20 de octubre, en respuesta a un atentado de las FARC, el presidente Uribe suspendió la negociación para un intercambio de prisioneros y dio la orden de poner a punto las tácticas de rescate militar, Francia protestó. Siempre se ha opuesto a la liberación violenta de los secuestrados.
?Si el Gobierno renuncia al rescate se extiende un certificado de impunidad al secuestro?, declaró el ministro Araujo. Por su parte, el presidente Uribe también se reafirmó en su política de mano dura: ?No hay que mostrarse débil, hay que hacerles frente con decisión?. El Gobierno ya ha dicho que este año, 2007, será un año ?crucial? para rescatar mediante operaciones militares a los secuestrados políticos.
Distintas asociaciones de familiares de los rehenes han expresado su rechazo a las intenciones de un rescate por la fuerza y la misma madre de Ingrid Betancourt, Yolanda Pulecio, ha afirmado que eso sería ?una sentencia de muerte? para los secuestrados.
No obstante, la misma ex candidata presidencial secuestrada, que estudió en el Instituto de Ciencias Políticas de París, en el que recibió clases del ahora primer ministro francés, Dominique de Villepin, su amigo personal, manifestó en agosto de 2003, en una grabación de video enviado a su familia, que prefiere el rescate a acuerdos con los rebeldes.
