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DR. GUILLERMO RODRIGUEZ RIZADO

La ambulancia trataba de abrirse paso en medio del congestionado tráfico de la gran ciudad. En la parte posterior de la misma, una mujer de aspecto indígena, sangraba profusamente por la vagina, con un embarazo de siete meses, había sido levantada por los paramédicos en una esquina del centro de la ciudad y sólo la acompañaba un pequeño niño de cinco años. Los paramédicos angustiados le habían infundido diferentes soluciones intravenosas para compensar la pérdida sanguínea de aquella paciente. En aquel momento ya habían recorrido tres hospitales, donde no había podido ser admitida. En dos de ellos, por no contar con los médicos especialistas que pudieran atender el caso, y en otro por no haber cupo para la paciente y los quirófanos estaban ocupados. Por lo cual se dirigían hacia otro hospital. La palidez de la paciente se hizo más evidente y de pronto cayó en paro cardiorrespiratorio. Los paramédicos desesperados hicieron todo lo posible para reanimarla pero no lo lograron y la paciente falleció.

En nuestro país la Constitución señala en su articulo cuarto: “toda persona tiene derecho a la protección de la salud”. También señala que se tiene derecho a contar con una vivienda digna y decorosa. En el artículo tercero nos habla del derecho a la educación y que toda la educación impartida por el Estado o sea el gobierno será gratuita.

¿Pero por que saco a colación la cuestión de la vivienda y la educación? Por dos razones la primera; es que durante muchos años en nuestro país, aquellos ciudadanos, que no contábamos con medios para hacernos de una casa, teníamos (y tenemos) que echar mano de un crédito de Infonavit. Esta institución de gobierno, durante muchos años, proporcionaba a los trabajadores viviendas que la misma institución pagaba y mandaba construir con fondos del gobierno. Esto favorecía principalmente a empresas constructoras, (una de las cuales era propiedad del hijo de un famoso líder que duró hasta su muerte en el poder), y sindicatos. Por lo cual un trabajador que no perteneciera a esas famosas centrales obreras, le era muy difícil adquirir vivienda. Ya que sólo eran proporcionadas a todos los agremiados de esos sindicatos. El resultado saltaba a la vista, la recuperación de los créditos proporcionados a los trabajadores en muchas ocasiones no era cubierto por los mismos, amparados en el poder de sus mismos sindicatos. Amén de que las cuotas que se pagaban eran muy bajas. Y los únicos ganadores eran las empresas constructoras y los líderes sindicales, con un gran detrimento para nuestro país.

Hace algunos años la situación cambió y en la actualidad hay diferentes programas para adquisición de vivienda, tanto del gobierno como particulares y al alcance por así decirlo de todos los bolsillos. En la actualidad podemos considerar al Infonavit como una institución sólida y con una buena recuperación de su cartera.

La segunda razón, es, que la educación en nuestro país es gratuita, cuando es impartida por el gobierno. Y no dudamos que en muchos casos ésta es de gran calidad, como lo demuestran los profesionistas egresados de universidades públicas. Pero en la actualidad hay un gran déficit en instalaciones, y plazas para maestros, que no pueden ser ocupadas por falta de presupuesto. Y como resultado, hemos visto muchas escuelas (que sí se pueden llamar escuelas), funcionan de una manera muy precaria. Con paredes de cartón y expuestas a todas las inclemencias del clima. Afortunadamente por otro lado han surgido instituciones educativas particulares al alcance (por así decirlo) de la mayoría de los bolsillos. Que alivia en algo este déficit y demanda de servicios educativos.

¿Pero qué ha sucedido en el área de algo tan vital como es la salud? Cuando muchos de nosotros éramos niños. Si nos enfermábamos normalmente nuestra madre, nos llevaba con algún médico, o si no había dinero con el señor de la farmacia para que nos recetara algo que curara nuestros males. Sólo muy poca gente contaba en ese entonces con un servicio como el Seguro Social o el ISSSTE. Pero cuando nuestra constitución nos habla de garantizar el derecho a la salud no nos habla única y exclusivamente del área médica (ni menciona que este derecho sea gratuito), sino de todo lo que rodea al bienestar como son los servicios de limpieza de urbanismo, agua, electricidad, etc., etc. por los cuales sí pagamos.

Pero desafortunadamente muchos gobiernos municipales, estatales y federales, piensan que al hablar de derecho a la salud es tratar de proporcionar los servicios médicos de forma gratuita. Y aunque instituciones tan importantes como el IMSS. Han sido ejemplo tanto en nuestro país como en el extranjero. Actualmente son insuficientes en proporcionar dichos servicios, con el detrimento en la atención. Debido precisamente a la gran cantidad de derechohabientes con que cuentan. Creo que en alguna medida todos somos responsables de nuestra propia salud. Pero como ya lo señalé las autoridades o gobiernos se empeñan que estos servicios sean de muy bajo costo, o si se puede hasta gratuitos. Cierto es que actualmente se cuenta con seguros de gastos médicos mayores y hospitales privados. Pero los costos de dichos seguros son muchas de las veces prohibitivos para mucha gente. Y ni que se diga de los hospitales privados que pueden dejar en la calle en corto tiempo a cualquier persona. Esto abre una profunda zanja entre los servicios públicos y los privados. Un ejemplo que me gustaría dar para entender mejor el problema es que si una persona abre un negocio, digamos, una lonchería, y vende lonches o tortas cada una a $20.00 y se las ofrece a un padre de familia a ese precio. Pues tal vez el negocio prospere. Pero qué pasa si por el pago de una sola torta, ese mismo padre de familia lleva a comer a sus cuatro hijos, a su esposa y de pilón a su papá y mamá. Pues por $ 20.00 se le tendrían que dar siete tortas más. Y entonces el negocio va a la quiebra. Lo mismo está sucediendo con nuestros servicios institucionales de salud. Ya que a muchos trabajadores se les descuenta de su sueldo una cantidad para el pago del seguro y a los patrones también se les exige una cantidad, de acuerdo al sueldo que perciben. Ésta no es suficiente porque la gran mayoría de los trabajadores del país reciben un promedio de dos salarios mínimos y sólo un pequeño porcentaje percibe mejores sueldos. Y este pequeño porcentaje es con el que se trata de sostener a una institución de seguridad social. ¿Entonces cómo se podría resolver el problema de proporcionar a la gente buenos servicios de salud? Pienso que de la misma manera en que se resolvió el problema de la vivienda. Que exista una institución de gobierno que haga precisamente lo que dicta la constitución. Que es garantizar ese derecho, proporcionado el crédito necesario que pueda resolver las necesidades de atención médica. Facilitando el dinero necesario para que cualquier persona elija libremente dónde atenderse y pague (al igual que las casas de Infonavit), de acuerdo a sus posibilidades, previo estudio socioeconómico, y con aportaciones que no vayan en detrimento de su economía. Lo que permitiría sanear todas las instituciones, fomentando la cultura del pago por lo que obtenemos. Y tendríamos servicios de primer nivel que fueran autosuficientes y eficientes para resolver cualquier problema de salud que se nos llegara a presentar.

Anuncios parroquiales.- El próximo domingo 16 de diciembre se llevará a cabo el gran bazar navideño a beneficio de la Casa Hogar “CHILD A.C.” en el casino Atenas sito en avenida Independencia y Mina de Gómez Palacio, Dgo. Y el día 17 de diciembre se presentará el ballet de San Petersburgo en el Teatro Nazas los boletos ya están a la venta a los teléfonos 715-79-31, 737-66-80 y 455-01-39.

¡HASTA LUEGO¡

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