Difícilmente olvidará La Traviata el público que colmó el Teatro Nazas anoche, ópera que presentó la Camerata de Coahuila junto a Olivia Gorra, Fernando de la Mora, Jesús Suaste y la bailarina lagunera Itziar Muguerza. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
Olivia Gorra y Fernando de la Mora son ovacionados junto a la Camerata de Coahuila, en su presentación de La Traviata.
TORREÓN, COAH.- Minutos antes había resonado el teatro por la potencia de las voces, minutos después lo hacía por la ovación unánime. Y es que por más de ocho minutos los aplausos no pararon mientras la Camerata de Coahuila, Olivia Gorra, Fernando de la Mora, Jesús Suaste, Itziar Muguerza y el resto del elenco repetían una y otra vez la reverencia.
En su estreno en 1853 La Traviata fue un rotundo fracaso para Giuseppe Verdi, pero en su presentación de anoche en el Teatro Nazas fue un rotundo éxito logrando la ovación de pie del público lagunero que colmó el recinto.
Y es que Olivia Gorra, como Violeta, dominó a la perfección la coloratura, lo que le permitió ejecutar pasajes rápidos y de gran dificultad técnica; mientras que De la Mora, en su papel de Alfredo, enseñó una tesitura elevada en cada una de sus arias, capaz de resonar por todo lo alto hasta fuera del escenario.
Se dice que Verdi escribió la obra de modo que ninguna soprano pudiera interpretar satisfactoriamente a Violeta, porque si alguna tuviera la agilidad requerida en el primer acto, su voz sería insuficiente para los restantes. Pero Gorra demostró que sí posee la ligereza que exige el inicio y la potencia que demanda el final, con lo que se llevó una gran aclamación en cada una de sus intervenciones.
Por su parte, De la Mora conquistó con su voz de tenor lírico, rotunda, bien timbrada e inigualable en los agudos, con la que se ganó el aplauso constante de un público que se le entregó por completo a él y al resto del elenco.
Precisamente, otro que se llevó la noche fue Jesús Suaste en su papel de Giorgio Germont, padre de Alfredo, quien con su voz de barítono lírico supo sobrellevar muy bien sus intervenciones de moderadas dificultades, en una velada con la que se celebró sus 25 años de carrera.
Claro que mención aparte merece la particular interpretación de los personajes principales, logrando el romanticismo y el dramatismo que se requiere en esta obra creada por Verdi en el siglo XIX y basada en La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas hijo, en la que juega un papel importante la crítica sobre la diferencia de clases sociales que se mantiene vigente.
A través de tres actos, en un libreto original de Francesco María Piave, la audiencia pudo conocer la trágica historia de La Traviata (La Extraviada): Violeta, la cortesana rechazada por la sociedad y enamorada perdidamente de Alfredo, un joven casadero de la alta sociedad que se revela a la voluntad de su padre y de la sociedad entera con tal de seguir al objeto de su afecto. Ambos son el pretexto perfecto para intensas notas interpretadas magistralmente por la orquesta.
Porque la Camerata se mantuvo atenta a los matices de Ramón Shade, que con elegancia y gran fuerza logró conjuntar las arias, lo mismo que equilibrar la potencia de los solistas con la sutileza de los músicos y del Coro del Colegio América, igualmente bien dirigido por el maestro Francisco Valdés Barba.
Destacaron por su belleza los preludios del comienzo y del tercer acto, una especie de encantamiento para el oído, excelentemente ejecutados por la orquesta, el último de ellos acompañado a la perfección por los movimientos firmes y seguros de una Itziar Muguerza brillante, quien anteriormente ya había tenido una intervención al inicio del tercer acto, encabezando el baile de las gitanas con el sello particular de la bailarina lagunera.
De destacar el trabajo de Tatiana Marouchtchak, como Flora la amiga de Violeta, así como el de Claudia Barreto, quien interpretó a Anina la dama de compañía, ambas con apariciones discretas pero no menos talentosas.
Intensamente dramática de principio a fin, La Traviata no tiene un final feliz, pero sí lo es para la audiencia, pues Olivia Gorra y Fernando de la Mora entregaron un incomparable solo para concluir, complementado a la perfección por Jesús Suaste.
En fin, fue una noche completa que mucho agradecieron los amantes de la buena música, quienes también reconocieron el trabajo de César Piña como director escénico, al manejar perfectamente los cambios de escenografía, de vestuario, las apariciones sistémicas de cada artista, todo muy bien complementado por una orquesta que una vez más cumple ante su público. Por eso, al final el aplauso fue para la Camerata de Coahuila y su director Ramón Shade en el segundo concierto de la recién iniciada Segunda Serie 2007.
En números
-Tres horas dura La Traviata.
-Tres actos conforman la obra.
-Un millón de pesos costó la producción.
-Una semana se tardó en montar y ensayar.
-Cuatro cambios de escenografía completos se realizaron.
-Quince personas trabajaron tras bambalinas para hacer los cambios de escenografía.
-50 vestuarios se utilizaron en el montaje.
-1984 es el año en que se estrenó en Bellas Artes, fecha de la que data la escenografía usada.
-Seis de marzo de 1853 fue la fecha en que se estrenó en el Teatro La Fenice de Venecia.
Créditos
Un gran equipo hizo posible La Traviata en el Teatro Nazas.
Director concertador: Ramón Shade.
Director escénico: César Piña.
-Escenografía y Vestuario: Instituto Nacional de Bellas Artes.
-Director del coro: Francisco Javier Valdés Barba.
ELENCO
Violeta: Olivia Gorra.
Alfredo: Fernando de la Mora.
Germont: Jesús Suaste.
Doctor: Charles Oppenheim.
Flora: Tatiana Marouchtchak.
Gastón: Edgar Gutiérrez.
Barón: Ricardo López.
Marqués: Josué Cerón.
Anina: Claudia Barreto.
Coro: Colegio América.
Bailarina: Itziar Muguerza.
Comparsa: Spazio di Ballo.
Correpetidor: Mariana Chabukiani.
