Por más de una década la Comarca Lagunera no sólo ha tenido la buena fortuna de contar con una orquesta de primer nivel, sino también de haber sido dirigida por extraordinarios músicos. Ocasionalmente los concertinos que ha tenido la Camerata han abandonado su atril para tomar la batuta y dirigir a la orquesta, tal y como fue el caso del concierto del viernes pasado en el que Tatul Yeghiazaryan asumió con gran éxito dicho papel.
En la primera parte del programa se tocaron dos obras compuestas en el Siglo XVIII, la obertura de la ópera El Matrimonio Secreto de Domenico Cimarosa (1749-1801) y el Concierto para Clarinete en La Mayor K. 622 de Wolfgang Amadeus Mozart. La primera de ellas fue compuesta y estrenada en Viena en 1792, mientras que la segunda fue terminada en esa misma ciudad en octubre de 1791, razón por la cual puede considerarse a dichas obras como contemporáneas.
La Camerata nos brindó una ágil interpretación de la obertura, que nos hizo desear escuchar el resto de esa importante ópera.
El Concierto para Clarinete de Wolfgang Amadeus Mozart fue compuesto a petición de su amigo y compañero de logia Anton Stadler, al que previamente había complacido dedicándole el Quinteto para Clarinete. Este concierto no sólo es el último que escribió el gran genio de Salzburgo, sino una de las obras cumbres para clarinete. Mozart explotó al máximo las posibilidades de un instrumento cuya inigualable sonoridad está determinada tanto por su brillantez como por su ternura y flexibilidad. En buena medida esta partitura señala el camino que seguiría el movimiento Romántico pues en los diálogos que se establecen entre la orquesta y el solista se encuentran conmovedores momentos de dulzura, vitalidad, brillantez y misterio. El solista fue Luis Humberto Ramos, quien no sólo es uno de los grandes clarinetistas de nuestro país, sino también uno de los más importantes maestros de dicho instrumento.
La interpretación que escuchamos, si bien fue más lenta de lo que estamos acostumbrados –vienen a la memoria las ejecuciones que César Encina ha realizado- fue impecable bajo un punto de vista técnico, de gran musicalidad y llena de lirismo. Ramos demostró, al igual que lo ha hecho en sus anteriores visitas a nuestra ciudad, ser un espléndido músico.
El programa para la segunda parte del concierto estuvo conformado por la Tercer Sinfonía en Re Mayor. D. 200 de Franz Schubert (1797-1828). Su partitura data de 1815, el cual fue un año tremendamente productivo para su compositor, pues escribió cuatro óperas y operetas, dos sinfonías, dos misas, muchas obras corales de carácter sacro y secular, sonatas y piezas para piano, además de 145 lieder, entre los que se encuentra El Rey Elfo que es una de las obras cumbres dentro de dicho género. La Tercer Sinfonía fue terminada el 19 de julio de ese año; su primer movimiento es de corte clásico, el segundo parece más una canción, el tercero es típicamente schubertiano y es parecido a una de sus danzas alemanas, mientras que el último es sumamente vivaz y también hace evidente los rasgos que caracterizan a la música de ese gran compositor austriaco.
La interpretación que realizó la orquesta bajo la batuta del maestro Yeghiazaryan fue excelente, confirmando que ese músico no sólo es un espléndido violinista, sino también un competente y atinado director.
El público aplaudió con gran entusiasmo a la orquesta y al maestro Yeghiazaryan, por lo que se tocó a manera de encore una orquestación de la famosísima Marcha Militar No. 1 en Re Mayor D. 733 de Franz Schubert.
GLOSARIO MUSICAL:
K.: Indica el número del catálogo cronológico que Ludwig von Koechel (1800- 1877) publicó en 1862 de las obras de Mozart.
Lieder: Plural de “lied”, palabra alemana que quiere decir canción. Es un tipo de canción que trata de enlazar el poema del texto con la expresión musical y vocal del mismo, sin caer en un despliegue de virtuosismo vocal.
D.: Abreviatura que hace referencia al catalogo cronológico que Otto Erich Deutsch (1883-1967) hizo de las obras de Franz Schubert.